Se sabe que el cambio climático global puede desestabilizar el almacenamiento de carbono en terrenos ricos en permafrost, haciendo que aumente la liberación de este hacia la atmósfera, reforzando así el calentamiento global, en un círculo vicioso. Un nuevo estudio ha examinado si esta desestabilización puede ocurrir en suelos de otros tipos en los cuales también hay cantidades importantes de carbono almacenado.

El permafrost es básicamente hielo mezclado con partículas minerales y contiene materia orgánica. Conforma una capa bajo la superficie, quedando lo bastante resguardada de los rayos del Sol como para que buena parte del material permanezca congelado de manera ininterrumpida durante miles de años. La materia orgánica atrapada en el permafrost queda libre si este finalmente se derrite.

El almacenamiento de carbono en el suelo es de gran ayuda para limitar la cantidad de dióxido de carbono que hay en el aire. La cantidad de carbono almacenada en la vegetación terrestre y en los suelos es tres veces superior a la que contiene la atmósfera, y almacena más de un tercio del carbono antropogénico que se emite a la atmósfera.

El nuevo estudio es obra del equipo internacional de Timothy Eglinton y Valier Galy, ambos del Instituto Oceanográfico de Woods Hole en Estados Unidos.

Muchos estudios anteriores en los que se obtuvieron indicios de que la sensibilidad del carbono del suelo al cambio climático es mayor de lo creído, se centraron en áreas geográficas concretas. En cambio, los autores del nuevo estudio tomaron muestras de 36 ríos de todo el mundo, con el propósito de obtener datos de la sensibilidad a escala global. Los ríos seleccionados representan un gran porcentaje de la descarga global de agua, sedimentos y carbono a los océanos.

Para determinar la sensibilidad del carbono terrestre a la desestabilización por el cambio climático, los investigadores midieron la edad del radiocarbono de algunos compuestos orgánicos específicos de las desembocaduras de esos ríos, entre los que figuran el Amazonas, el Ganges, el Yangtsé, el Congo, el Danubio y el Mississippi.