Ver las fotos de las vacaciones de otros nunca es placentero, salvo que seas un investigador alemán y las imágenes vengan de un módulo que viaja sobre un asteroide de 900 metros de diámetro a 280 millones de kilómetros de nuestro planeta.

Un estudio publicado hoy en la revista Science analiza las instantáneas que el aterrizador MASCOT tomó en octubre de 2018 mientras descendía sobre el asteroide Ryugu.

 

“[Ryugu] es un asteroide muy interesante para los científicos porque contiene materiales primordiales del sistema solar”, explica a Sinc el investigador de la Universidad Libre de Berlín (Alemania) y coautor del estudio, Ralf Jaumann.

 

Las imágenes tomadas por la MASCam del módulo MASCOT han permitido analizar el origen y composición de las rocas que alberga su superficie, cuyo tamaño oscila entre el decímetro y el metro. Estas son o bien brillantes –con caras lisas y bordes afilados–, o bien oscuras –con una superficie similar a una coliflor–.

 

El hecho de que haya dos tipos de rocas, así como que su distribución sea homogénea, apoyan la teoría de que Ryugu se formó durante un evento cataclísmico, a partir de escombros que se acumularon tras el impacto sobre un cuerpo ‘padre’.