Las galaxias comienzan a «morir» cuando dejan de formar estrellas, pero hasta ahora los astrónomos nunca habían vislumbrado claramente el comienzo de este proceso en una galaxia lejana. Utilizando el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), del que el Observatorio Europeo Austral (ESO) es socio, unos astrónomos han visto una galaxia expulsando casi la mitad de su gas, el elemento fundamental para la formación de estrellas. Esta eyección tiene lugar a un ritmo sorprendente, equivalente al gas que se necesitaría para formar 10.000 Soles al año: la galaxia está perdiendo rápidamente su combustible para hacer nuevas estrellas. El equipo cree que este espectacular evento lo desencadenó una colisión con otra galaxia, lo que podría llevar a los astrónomos a replantearse cómo las galaxias dejan de dar vida a nuevas estrellas.

 

“Es la primera vez que observamos una típica galaxia masiva formadora de estrellas en el universo distante a punto de ‘morir’ debido a una expulsión masiva de gas frío”, afirma Annagrazia Puglisi, investigadora principal del nuevo estudio, de la Universidad de Durham (Reino Unido) y el Centro de Investigación Nuclear Saclay (CEA-Saclay, Francia). La galaxia, ID2299, está tan lejos que su luz tarda unos nueve mil millones de años en llegar a nosotros; la vemos cuando el Universo tenía solo 4.500 millones de años.

 

La eyección de gas equivale al necesario para alcanzar una tasa de formación de 10.000 soles al año, y está eliminando un asombroso 46% del gas frío total de ID2299. Debido a que la galaxia también está formando estrellas de forma muy rápida (cientos de veces más rápido que nuestra Vía Láctea), el gas restante se consumirá rápidamente, haciendo que ID2299 cese su producción en tan solo unas pocas decenas de millones de años.

 

El evento responsable de la espectacular pérdida de gas, según el equipo, es una colisión entre dos galaxias que, finalmente, se fusionaron para formar ID2299. La escurridiza pista que llevó a los científicos hacia este escenario fue la asociación del gas expulsado con una «cola de marea». Las colas de marea son corrientes alargadas de estrellas y gas que se extienden en el espacio interestelar y que son el resultado de la fusión de dos galaxias, difíciles de ver en galaxias distantes porque, por lo general, su brillo es demasiado débil. Sin embargo, el equipo logró observar este fenómeno relativamente brillante justo cuando se lanzaba al espacio y fueron capaces de identificarlo como una cola de marea.