Estados Unidos alcanzó este viernes la cifra de 6,198,996 casos confirmados de COVID-19 y la de 187,696 fallecidos, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.

Este balance a las 20.00 hora local (00.00 GMT del sábado) es de 49,731 contagios más que el jueves y de 942 nuevas muertes.

Pese a que Nueva York ya no es el estado con un mayor número de contagios, sí sigue como el más golpeado en cuanto a muertos en Estados Unidos con 32,982, más que en Francia o España.

Tan solo en la ciudad de Nueva York han muerto 23.716 personas por la enfermedad, según el recuento del diario The New York Times.

A Nueva York le siguen en número de fallecidos -de acuerdo con el mapa de Johns Hopkins- la vecina Nueva Jersey con 15.978, California (13.606), Texas (13.409) y Florida (11.750).

Otros estados con un gran número de muertos son Massachusetts con 9.100, Illinois (8.362), Pensilvania (7.735) y Michigan (6.798).

En cuanto a contagios, California lidera la lista con 729,873, seguido de Texas con 651,019, mientras que el tercero es Florida con 640,211, y Nueva York es cuarto con 437,971.

El balance provisional de fallecidos -187,696- supera con creces la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100,000 240,000 muertes a causa de la pandemia.

El presidente estadounidense, Donald Trump, rebajó esas estimaciones y se mostró confiado en que la cifra final estaría más bien entre los 50,000 y 60,000 fallecidos, aunque luego auguró hasta 110,000 muertos, un número que también se ha superado.

Por su parte, el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que para las elecciones presidenciales del 3 de noviembre Estados Unidos habrá superado los 258,000 fallecidos y para el 31 de diciembre los 400,000.