La inflamación crónica del hígado puede ser una consecuencia de la hepatitis viral o autoinmune, y provocar con el tiempo una cirrosis o fibrosis hepática. En algunos casos, las complicaciones suelen agravarse hasta derivar en la necesidad de un trasplante de hígado.

 

Unos científicos del Centro de Investigación y Desarrollo en Fermentaciones Industriales (CINDEFI), dependiente de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), en Argentina, desarrollaron en colaboración con el grupo de Carolina Medina-Montano de la Universidad de Maguncia en Alemania, un sistema de nanopartículas con potencial para disminuir las inflamaciones crónicas de hígado.

 

Para tratar esta patología, se utilizan principalmente glucocorticoides sintéticos como la dexametasona. No obstante, aunque efectivos, los fármacos de este grupo suelen tener muchos efectos adversos cuando se usan de manera sostenida en el tiempo. Fundamentalmente, son inmunosupresores y además, en pacientes pediátricos pueden impedir el crecimiento y producir úlceras intestinales.

 

¿Por qué ocurre este efecto indeseado? Cuando se administra un medicamento, el componente activo se distribuye por todo el cuerpo, afectando a otros órganos y tejidos. Los glucocorticoides sintéticos, por ejemplo, suelen afectar la mucosa gastrointestinal produciendo ulceraciones, y la síntesis de colágeno con consecuencias directas sobre el retardo del crecimiento.

 

El doctor Germán Islan, responsable del proyecto, explicó: “Con el objetivo de evitar los efectos adversos desarrollamos un sistema nanoparticulado que nos permite encapsular la dexametasona. Lo hicimos bajo la lógica de que las nanopartículas suelen acumularse espontáneamente en el hígado y, en particular, interaccionan con las células del hígado responsables de las señales de inflamación. De esta manera, podría tratarse la inflamación crónica del órgano reduciendo, a la vez, los tan temidos efectos secundarios”.

 

“Para construir estas nanopartículas se utilizó una plataforma previamente desarrollada por el grupo de Nanobiomateriales del CINDEFI, basada en ceras biocompatibles. Las nanopartículas resultantes (Nanopartículas Sólidas Lipídicas) demostraron ser capaces de encapsular eficientemente la dexametasona, sin producir hemotoxicidad y sin interacción con las proteínas del plasma. Como ventaja adicional, su conservación es sencilla y permite mantener sus propiedades intactas luego de un año de almacenamiento”, detalló el científico a Argentina Investiga.

 

Por su parte, el doctor Ignacio Rivero Berti, integrante del equipo, expresó: “En el desarrollo logramos que las nanopartículas sean internalizadas –como se esperaba– por las células hepáticas diana y conserven la actividad antiinflamatoria buscada”.