Tener un hijo con fibrosis quística en el país y más cuando se es pobre, es estar prácticamente condenado a muerte, porque el tratamiento es muy costoso.

Es una enfermedad congénita que se transmite cuando los padres son portadores del gen CFTR (regulador de la conductancia transmembrana de la FQ), que provoca desnutrición y bajo rendimiento y que se diagnostica en la niñez, a través de una prueba de sudor y otra genética.

Si el niño tiene la dolencia, pero no presenta ningún tipo de complicaciones, la familia debe gastar entre 12 mil y 15 mil pesos mensuales, unos 150 mil pesos al año.