El riesgo de cáncer de mama, enfermedad cuyo día mundial se conmemora cada 19 de octubre, aumenta con la edad. Pero aunque la mayoría de las mujeres afectadas tiene más de 40 años, mujeres por debajo de esa edad, especialmente aquellas con historial familiar de cáncer, pueden llegar a desarrollarlo.

“Generalmente, cuanto menor es la edad en el momento del diagnóstico, peor es el pronóstico”, dice la doctora Lisa Jacobs, jefa de la Sección de Cirugía de Seno y profesora asociada de cirugía y oncología de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.

Esto, explica la especialista, obedece a dos razones fundamentales: en primer lugar, los tumores que se presentan en mujeres jóvenes tienden a ser de un tipo más agresivo; en segundo lugar, las mujeres jóvenes no suelen hacerse mamografías y, por lo tanto, sus tumores tienden a ser diagnosticados en etapa avanzada.

Entre los factores de riesgo para el desarrollo de cáncer de seno a una edad temprana, Jacobs cita mutaciones genéticas, antecedentes familiares de cáncer de mama (especialmente premenopáusico), historia familiar tanto de cáncer de mama como de ovario, o de cáncer de mama en un hombre, y haberse sometido previamente radioterapia en el tórax.

Algunas terapias causan esterilidad
En el Instituto de Oncología Dr. Heriberto Pieter, donde el cirujano oncólogo Ramón Eduardo Pérez Martínez funge como jefe del Servicio de Tumores Mamarios, entre el 18 y 19 % de los pacientes diagnosticados con cáncer de mama tiene menos de 40 años de edad, según registros correspondientes al 2016.

“Es una cifra importante que supera otros países”, asegura el médico. “Cuando revisamos las estadísticas anteriores, vemos que hay una tendencia al aumento de estos casos”.

El abordaje terapéutico de estas pacientes es similar al del resto, aunque antes de iniciar el tratamiento hay que tomar en cuenta aspectos como la fertilidad.

“Son mujeres que están en una etapa de su vida reproductiva y algunos tratamientos pueden producir esterilidad”, expone el también expresidente de la Sociedad Dominicana de Cirugía Oncológica.

Además, conviene evaluar si existe alguna mutación genética, pesquisa que se dificulta en el país porque las pruebas tienen un alto costo y las aseguradoras de riesgos de salud no las cubren.

Detección y prevención
La detección temprana podría complicarse en pacientes jóvenes por las características radiológicas de la mama en esta etapa. La densidad limita la utilidad de la mamografía y, por eso, se recomiendan la sonografía como estudio complementario y la resonancia magnética.

En pacientes con mutaciones genéticas confirmadas, la aparición del cáncer puede prevenirse mediante cirugía. En estos casos, indica Pérez Martínez, se aconseja realizar cirugía de reducción de riesgo (mastectomía con reconstrucción inmediata), ooforectomía (extirpación de los ovarios) y quimioprevención con medicamentos.