Vieron a Etiopía y Somalia morirse de hambre y pusieron música para evitarlo. La reciente película de la biografía de Freddy Mercury Bohemian Rhapsody ha traído a la memoria los megaconciertos Live Aid celebrados en 1985 en Londres y Filadelfia para recaudar fondos para alimentar a una población africana que desfallecía por minutos. Hace más de 30 años de esto, era una hambruna devastadora y otros tiempos, pero todavía, en África, hay miles de personas que no comen las calorías mínimas para la vida diaria, con lo que esto supone de problemas de salud y crecimiento, falta de fuerza y energía para trabajar, estudiar o disfrutar. Son 257 millones de africanos hambrientos, y de ellos 237 millones residen en África subsahariana, recuerda el informe Panorama regional de la seguridad alimentaria y la nutrición en África de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Comisión Económica para África de la ONU (CEPA), que pone de relieve que es la región con la incidencia de subalimentación más alta en el mundo.

La publicación, que desglosa y detalla la información publicada el pasado septiembre con los datos mundiales, ha sido presentada esta semana durante el encuentro El futuro de la inocuidad alimentaria, transformar el conocimiento en acción para las personas, la economía, y el medioambiente en Etiopía, donde las calles de arena de las zonas más remotas todavía llevan hasta menores desnutridos y madres desesperadas. «El empeoramiento de la tendencia en África se debe a las difíciles condiciones económicas mundiales y al deterioro ambiental. Y, en muchos países, a la variabilidad del clima y los fenómenos climáticos extremos y los conflictos, a veces combinados», declaró en su presentación María Helena Semedo, directora adjunta de la FAO, en la sede de la Unión Africana (UA), en Addis Abeba. «El crecimiento económico se ralentizó en 2016 debido a la debilidad de los precios de los productos básicos, en particular del petróleo y los minerales», concluye informe.

El cambio climático, los conflictos, la debilidad del precio de los productos básicos, el bajo rendimiento de la agricultura y la falta de voluntad política apuntan a ser causas del retroceso

Se fracasa, se falla. Las medidas para erradicar el hambre en el continente no terminan de funcionar, no son óptimas, no resuelven que, en 2017, el 20% de la población africana estuviera subalimentada, en proporción, más que ninguna otra región en el mundo. Los datos revelan que más allá de que las cifras descendieran, como venía registrándose de forma generalizada en el continente desde 2003, haya habido un repunte desde 2015, cuando en África residían 222 millones de personas con hambre, 35 millones menos. «El hambre en África sigue aumentando, tras muchos años de declive, lo que pone en peligro los esfuerzos del continente para erradicarla a fin de alcanzar los Objetivos de Malabo para 2025 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en el número 2, que es hambre cero», reconoce la FAO en una nota.

«Los efectos del cambio climático son un causa importante de estos datos. Cada vez hay más sequías y más intensas, y las inundaciones más frecuentes de como solían ser en el pasado. Esto afecta a las plantas y los animales», señala Chimimba David Phiri, coordinador subregional de la FAO para África Oriental y representante de la CEPA. «También son destacables los conflictos, que provocan que la población no pueda cultivar o que tenga que migrar por el continente», matiza Phiri, que añade también como causas de este retroceso la baja productividad de la agricultura y la debilidad de la voluntad política para cambiar las cosas. «Se habla mucho pero se implementan pocos programas», considera el experto, que también es representante de la FAO ante la Unión Africana.

África es la región con incidencia de subalimentación más alta del mundo

Durante el encuentro, se informó de que para el próximo año, la Comisión de la Unión Africana se unirá a la FAO y la CEPA para colaborar y participar en el próximo informe del panorama regional, que este año resalta como una «oportunidad para acelerar el crecimiento y el desarrollo sostenible» la iniciativa lanzada por la UA para una nueva Zona de Libre Comercio Continental (AfCFTA, según sus siglas en inglés), el mercado común africano con 1.200 millones de habitantes y sin barreras aduaneras. Un acuerdo que incidiría sobre el 67% de jóvenes trabajadores que viven en la pobreza en África susahariana, como también indica el informe. «El empleo juvenil es un desafío fundamental en todo el continente y la agricultura y la economía rural deben jugar un papel clave en la creación de empleos para absorber a los 10 a 12 millones de jóvenes que se incorporan al mercado laboral cada año», se lee en el texto.