Sentado en una silla roja a la inversa, en pantuflas, ataviado de un short, una notable camiseta Versace, su identificativo sombrero y sin micrófono, Wason Brazobán las cantó todas en su tercer concierto en vivo desde su finca.

A su lado, en una mesa, dos botellas de agua, un cigarro y una interminable copa de vino, se intercalaban en su paladar entre una canción y otra. Entre un suspiro y otro. Entre un «ay Dios mío» y un grito desde el otro lado de la pantalla cuando alguien se sentía identificado con uno de sus dardos amorosos.

«Si estar contigo» marcó el pistolazo romántico de dos ahoras de duración, en compañía del guitarrista Eugeniby Espino, en unconcierto en el que Wason estuvo esta vez más orgánico que en sus dos anteriores entregas, igual de exitosas en audiencia y entrega.

«Esta bohemia orgánica, decidí hacerla así, sin micrófono, para que nos sintamos cerca, para que nos sintamos como que no es un concierto, sino como que es en el patio de nuestra casa, en la sala cuando estamos compartiendo, esa es la idea, sin micrófono ni nada de esas cosas, hacerlo lo más orgánica posible», comentó a sus seguidores que sentía cerca aun en esa distancia marcada por la cuarentena ante el coronavirus.

«Tu ausencia se me nota», «Contigo en la cabeza»… tantos títulos que poco a poco fueron sumándose a dos horas de transmisión, a la que esta vez se sumaron las redes de Listín Diario.

De vez en cuando el artista miraba los mensajes de sus wasonistas y comentaba las sociales de su concierto, con saludos y dedicatorias, entre ellos a la merenguera típica Fefita la Grande y al expelotero Pedro Martínez.

«Esta canción salió hace como dos semanas y para mi sorpresa wao ya mucha gente se la sabe y a mucha gnte le ha tocado el alma», dijo previo a advertir que se tratan de letras de «despechao talvez, de dolor, de amor, de desamor también». El título: «Te Odio», su nueva corta venas.

«Gracias por hacerla de ustedes tan rápido y vamos a ver si la puedo cantar porque es nueva». Y la cantó a todo pulmón: «No me pidas perdón, después de romperme el corazón, como si nada…».

Minuto a minuto Wason fue abriendo las puertas de su finca. Y de su corazón: «No puedo decir que quiero una más que a otra, pero esta cancion fue un envío de Dios…». Se trataba de su emblemática «No se vale».

No podía faltar aquel himno de hace veinte años, «Tú eres mi reina», que plantó la semilla que propició una de las cosechas musicales más abundantes de los últimos tiempos en un artista dominicano y que la noche del jueves su labrador recogía en resonantes aplausos de las almas en penas y alegrías que detrás de la pantalla le acompañaban.

«Salud por esta bohemia», repetía Wason sentado, tomando un sorbo de vino y alzando la copa para ese brindis de amor y conexión especial con su público, sobre todo el femenino que se ve resaltado en letras como «La mujer a que mí me gusta», en particular aquella que «ha sufrido desengaños y traiciones, ha pasado por algunas depresiones, pero ella siempre vuelve a ser feliz».

 

Justo a la hora de su afinque musical, el doctor del corazón llegó con una infartante, la que reza «que estoy enamorado de una mala…». Y al final una verdad: «Veo mucha gente llorando, el que quiera llorar que llore, desahógate», decía él alzando de nuevo la copa. Y seguía la velada con otro susurro: «Que me cambiaste la vida, amor, el día de tu partida, y aquí no pasan los días, no he vuelto a ver la alegría en mí». Y su última frase: «Tú me jodiste la vida». Oh, oh, ya a esa hora había «gente ajumá», como dijo Wason.

«Wao, esa canción te da en el pecho, ¿verdad?, preguntó en algún momento en el que el tiempo ya no contaba: «¿Cuántas canciones van?». Ya no importa un número. Quizás mejor era exclamar: «¡Cuántas emociones se viven!».

Aunque sí, expresiones de sentimientos profundos fueron vistas en el Facebook de Listín Diario: tremendo cantante, hermoso, música de la buena, hermosa canción, lindo, fantástico, papiiii, esto es música carajo, esas canciones piden rooooomo, este trago va aunque sea de agua… (se leía en nuestras redes).