Con 25 años de edad, con cuatro pies y ocho pulgadas de estatura, el fenómeno urbano dominicano de las redes sociales Jonathan Abreu Sosa, mejor conocido como “Pío la Ditingancia”, conversó con reporteros de Listín Diario acerca de su infancia carente de recursos económicos, sueños que nunca se materializaron y una condición de salud que le impidió crecer de tamaño, aunque no fue obstáculo para salir adelante.

Su carisma y buen sentido del humor es su carta de presentación y sin lugar a dudas esto lo convierte en un ser humano “gigante” y admirado en las redes sociales, el cine y otros sectores.

Abreu Sosa nació en la maternidad de Los Mina con una condición de salud que él mismo reconoció y describió como “falta de hormonas de crecimiento”, que no pudo enfrentar, ya que su familia no contaba con los recursos suficientes, y le fue imposible darse los cuidados y  tratamientos correspondientes.

Con el paso del tiempo quedó atrapado en un cuerpo de ocho años de edad con las facciones y voz de un infante.

Empero, desarrolló una personalidad y mentalidad de un hombre emprendedor, positivo y con un ánimo incesante de trabajar para “conseguir lo de él”, disfrutarlo y compartirlo con sus amigos cercanos y  familiares.

Pío tiene cinco hermanos (él es el  más joven) y dijo haber tenido una infancia “normal” que mezclado con su carácter lo convierte en un hombre  de gran voluntad.

En la escuela
El actor inició su vida escolar a los 10 años debido al temor que tenía su madre de que fuera maltratado por su apariencia indefensa, ya que era muy “chiquitito”.

El primero de básica fue el primer curso en el que fue inscripto, comenzando así un largo recorrido en las escuelas hasta que pudo  culminar el bachillerato, aunque afirmó que no pudo ponerse toga ni birrete por falta de dinero. Abreu Sosa soñó en algún momento con ser arquitecto. Sin embargo, expresó que la vida lo colocó en otros lugares, viéndose con la obligación de trabajar como zapatero en una fábrica de calzados y en una financiera de inmuebles.

Pío la Ditingancia fue creciendo en ambientes de bares y discotecas donde este se encargaba de colocar las “hookas”en las mesas de los visitantes, llegando a  convertirse en un personaje  conocido por todos. A tal grado que los clientes pedían que fuera él quien los atendiera.

Con el tiempo, logró convertirse en la sensación de esos ambientes, en donde también cobraba “más dinero” para preparar y llevar los servicios.

En varias ocasiones había visitado los Estados Unidos (obvió hablar del tema), pero no fue hasta el año 2015 cuando junto a un amigo boricua visitó el espacio donde se encontraban las Torres Gemelas en Nueva York, que fueron derribadas en los atentados terroristas del 2001.

Sus inicios
Abreu realizaba audiovisuales visitando lugares emblemáticos de la ciudad que nunca duerme, Nueva York, y los colgaba en su Facebook y eran compartidos por sus familiares.

En una ocasión comenzó a preguntarle a las personas dónde era que se encontraban las Torres Gemelas y le respondían que ya no estaban.

Entonces, aprovechando esos momentos de abordar a las personas, este sacaba su celular y comenzaba a grabar las preguntas que hacía para luego colgarlos en esa red social. Su tamaño, su forma de preguntar y sus expresiones coloquiales comenzaron a llamar la atención de las personas en las redes sociales, llegando a tener sus videos hasta más de dos millones de reproducciones.

Así  también fue abarcando Instagram donde actualmente cuenta con más de tres millones de seguidores y donde también comparte sus videos personales.

En vista de su popularidad ha participado en varias producciones cinematográficas interpretando diferentes personajes, entre ellas “Trabajo sucio” y “La Maravilla”, que pronto estará en los cines del país.

El nombre de “Pío la Ditingancia” ha causado muchas dudas que él mismo aclaró. De acuerdo a lo comentado, el nombre surgió al momento de su nacimiento cuando un amigo de su madre al verlo muy pequeño emitió el nombre.

“Yo soy Pío desde que yo nací. Un amigo de mi mamá me puso ese nombre porque yo nací ‘chiquito’, ‘redondito’ y ‘gordito’ como un pollito”, puntualizó entre risas Jonathan Abreu Sosa.

Sin embargo, aclaró que lo de “Ditingancia”se lo puso un amigo Instagrammer porque al este tener apariencia de niño siendo un hombre es “difícil”de distinguir.

Al preguntarle si se ha sentido discriminado respondió que no. “No me he sentido discriminado porque compré una licencia para manejar eso”, agregó el influencer y actor.