La vicepresidenta de la República, Margarita Cedeño, manifestó ayer que a pesar de que la participación económica de las mujeres ha mejorado en las últimas décadas, República Dominicana es uno de los países de la región que refleja mayor divergencia en la participación de la fuerza laboral entre hombres y mujeres, con 77% y 50% respectivamente en el primer trimestre de 2018.

Cedeño, que dijo ser defensora de la independencia económica de las mujeres, indicó que según datos del Sistema de Indicadores Sociales de República Dominicana (SISDOM 2016), el salario promedio de las mujeres al 2016 fue 16.6% inferior al de los hombres, y que esta diferencia es mayor si se considera el nivel educativo y el sector de la economía (formal o informal).

“En el caso de mujeres con educación secundaria, la brecha salarial es de más de un 35%; e incluso, cuando las mujeres alcanzan niveles universitarios y de posgrado iguales a los hombres, la brecha continúa siendo significativa, llegando a ser 31.2% menos”, expuso Cedeño al participar como oradora invitada al almuerzo-conferencia de la Asociación Nacional de Mujeres Empresarias, Ejecutivas y Profesionales (Anmepro-BPW) con motivo de su 31 aniversario.

Agregó que en el sector informal, las mujeres ganan solo un 64% del salario que percibieron los hombres entre el 2000 y el 2016, mientras que en el sector formal no alcanzó el 84%. Cedeño llamó a asumir un compromiso con el principio de igual salario por igual trabajo, ya que “no hay justificación para esta desigualdad”. Anunció que ha propuesto al Presidente de la República someter una iniciativa legislativa que condene la discriminación salarial por género y que establezca los mecanismos para judicializar cuando esta suceda.

Consideró que el Estado y el sector privado deben asumir un compromiso con la igualdad de género “porque beneficia a ambos de igual manera, pero sobre todo a la sociedad”.  Agregó que el sector empresarial juega un rol fundamental para alcanzar la ambiciosa Agenda 2030.

El almuerzo de Anmepro contó con la asistencia de la embajadora de los Estados Unidos, Robin Bernstein, y la ministra de la Mujer, Janet Camilo.