Por primera vez, un equipo de investigación ha integrado maquinaria de división celular en células sintéticas, allanando el camino hacia sistemas creados por el ser humano verdaderamente realistas.

 

El estudio fue codirigido por César Rodríguez-Emmenegger, del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC) y ha contado con la participación de Marina I. Giannotti y Ricardo A. Zamora, del Centro de Investigación Biomédica en Red de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBERBBN) en España. También han participado investigadores del Instituto DWI-Leibniz de Materiales Interactivos y el Instituto Max Planck de Bioquímica, en Alemania.

 

La división celular es un sello distintivo de la vida y es esencial para el crecimiento, la reproducción y la reparación de un organismo. Es un proceso muy complejo impulsado por un cóctel preciso de componentes. Desentrañar los secretos de este fenómeno y replicarlo podría abrir una gran cantidad de posibles aplicaciones biomédicas. Este es uno de los objetivos finales de la biología sintética ascendente, un campo que tiene como objetivo diseñar y crear células sintéticas que imiten a la naturaleza. Todavía pasará algún tiempo antes de que tengamos células sintéticas completamente funcionales, pero el nuevo estudio nos ha acercado un paso más hacia este objetivo.

 

En las bacterias, la autorreplicación se lleva a cabo gracias a un sistema proteico muy complejo llamado divisoma. Crea un anillo alrededor de la mitad de la celda, que luego se contrae y corta la celda en dos. Los investigadores han tratado de imitar este proceso en una variedad de sistemas, pero solo han tenido éxito cuando el sistema se construyó a partir de lípidos, los componentes naturales que forman las membranas celulares. Ahora, por primera vez, este estudio ha logrado insertar con éxito el divisoma en un material completamente sintético.