El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a insistir este domingo en que hizo «lo correcto» al cerrar la frontera con China y ha asegurado que siente que «salvó un millón y medio de vidas» gracias a su gestión de la crisis sanitaria provocada por la Covid-19.

El presidente Trump se ha enfrentado este domingo a las preguntas lanzadas por los telespectadores de la cadena estadounidense Fox News, en un programa especial en donde ha dicho que tras cerrar las vías de comunicación con China fue calificado de «racista y xenófobo».

«Hice lo correcto. No deberíamos perder siquiera a una persona por esto. Nunca había visto una muerte así. Nunca había experimentado algo como esto», ha respondido el presidente de Estados Unidos al ser cuestionado sobre su gestión.

Trump, que ha asegurado no haber recibido información acerca de la pandemia hasta el 23 de enero, ha explicado que ha perdido a «tres amigos» durante la crisis y ha recalcado que la enfermedad ataca en especial a personas con problemas de salud anteriores.

El inquilino de la Casa Blanca ha vuelto a defender la teoría de que el nuevo coronavirus ha sido creado en un laboratorio chino de Wuhan, epicentro original de la pandemia, y ha acusado a Pekín de haber cometido «un error horrible» y no querer admitirlo.

Ante la posibilidad de que Washington acometa sanciones económicas contra China, Trump ha preferido no aventurarse, pero sí ha dicho que se trata de «un juego muy complicado», que bien podría ser «póker» o «ajedrez», pero «no damas».

Ante las preguntas de estadounidenses preocupados por la economía, Trump ha anunciado que «hay más ayudas por venir», que no contempla perder más empleos y ha vaticinado que Estados Unidos tendrá «un próximo año increíble».

Trump ha anunciado que para dentro de dos años, Estados Unidos «recortará muy sustancialmente» su deuda de 25 billones de dólares, comenzando a fabricar, por ejemplo, sus propios antibióticos, y así no depender de China.

Si antes no lo hicieron, ha dicho Trump, ha sido porque los expresidentes de Estados Unidos fueron «tontos» y «estúpidos» permitiendo que eso sucediera.

VACUNA PARA FINALES DE 2020

Cuestionado acerca de los próximos protocolos que se desarrollarán para las pruebas del nuevo coronavirus, el presidente de Estados Unidos ha explicado que eso dependerá de los gobiernos estatales y ha reconocido que en lugares como Nueva York «tendrán que utilizar mascarillas y practicar el distanciamiento social durante mucho tiempo».

En ese sentido, ha explicado que hay algunos estados que tras haber sido más golpeados por la pandemia tardarán más tiempo en volver a la normalidad, pero ha apuntado que los ciudadanos pueden empezar a acudir a espacios públicos, como parques o playas, respetando el distanciamiento social.

Trump, que confía en que Estados Unidos logre una vacuna para finales de este año, sigue defendiendo el uso de la controvertida hidroxicloroquina, ya que, ha asegurado haber recibido varias llamadas en los últimos días de personas que afirman haberse curado gracias a ella.

El presidente de Estados Unidos tampoco ha perdido la oportunidad de azotar a los demócratas, a los que ha acusado de querer que «la gente no mejore», si eso significa darle a él algún tipo de «logro político».

«PREGUNTAS VERGONZOSAS»

El magnate estadounidense también ha defendido su actitud ante los medios de comunicación, a los que ha acusado de recibirle de manera «hostil» en las ruedas de prensa y que bien «podrían estar en el Partido Demócrata».

«Vienen a mí con preguntas que son vergonzosas. Si fuera amable con ellos, me sacarían del escenario», ha dicho.

Por otro lado, Trump también ha defendido la vuelta a las iglesias frente a las medidas de distanciamiento social que exigen limitaciones en este tipo de reuniones, ya que no poder acudir a estos centros religiosos o al puesto de trabajo incrementa, ha dicho, el índice de casos de suicidios y adicciones.

Estados Unidos es el país más golpeado por la pandemia del nuevo coronavirus, con más de 1,5 millones de contagios, mientras que las víctimas mortales están cerca de las 68.000. El estado de Nueva York es el epicentro de la crisis, con más 320.000 positivos y con casi 25.000 decesos.