La manipulación digital de imágenes logra hazañas cada vez más notables, aunque a veces estas van acompañadas del rechazo de un sector de la sociedad, como cuando se “adelgaza” digitalmente a personas hasta extremos más propios de la anorexia que de un cuerpo sano. Una nueva herramienta informática permite ahora ejecutar un truco para dar a rostros irreconocibles una nitidez extraordinaria.

 

El equipo de Cynthia Rudin y Sachit Menon, de la Universidad Duke en Estados Unidos, ha desarrollado una herramienta de inteligencia artificial que puede convertir rostros irreconocibles por estar muy borrosos o muy pixelados, en convincentes retratos generados por ordenador, con más detalle que el que sería posible mediante la simple extracción de información contenida en la imagen original.

 

Otros métodos pueden aumentar la resolución de la imagen de un rostro hasta ocho veces la original. Pero el equipo de la Universidad Duke ha ideado una forma de tomar un puñado de píxeles y crear rostros de aspecto realista con hasta 64 veces la resolución original, «imaginando» rasgos sutiles del rostro que no existían en la imagen original. De ese modo, el rostro irreconocible adquiere plena nitidez.

 

Es importante tener claro que el nuevo sistema, llamado PULSE, no puede ser usado para identificar a las personas: No convertirá una foto desenfocada e irreconocible de una cámara de seguridad en una imagen cristalina de la persona real. Lo que en realidad hace es generar nuevos rostros que no existen, pero que parecen plausiblemente reales. En algunos casos, puede haber cierto parecido con la persona real de la foto original, pero en muchos otros, no. Por tanto, la utilidad de PULSE está más en el campo del arte y la estética que en el de la identificación de personas reales.