Un viejo refrán dice que «al mal tiempo buena cara», pero en Cabo Cañaveral, en Florida, abundaron esta miércoles las caras de desencanto.

Luego nueve años, el Centro Espacial Kennedy se preparaba para que la NASA enviara otra vez desde sus plataformas una tripulación al espacio con la ayuda de la compañía SpaceX.

Pero poco antes del despegue de la nave Crew Dragon, que tenía como destino la Estación Espacial Internacional (EEI), la operación fue suspendida por las malas condiciones meteorológicas.

Inicialmente, se pronosticó que habría un 60% de posibilidades de buen tiempo, pero como siempre en Florida a finales de primavera, las tormentas son una posibilidad.

Así que tuvieron que posponer una misión que considerada histórica por ser la primera vez que una empresa privada sirve de «taxi» para que la NASA ponga a sus astronautas en órbita.

El lanzamiento está previsto ahora para el sábado 30 de mayo a las 15:22 hora local (20:22 GMT).

Doug Hurley y Bob Behnken
Doug Hurley y Bob Behnken son dos de los astronautas más experimentados de la NASA.

Si ese día no se puede, habría una tercera oportunidad el domingo.

Pero ¿por qué no se pudo realizar más tarde este miércoles de mejorar el tiempo? ¿O por qué no se puede realizar el jueves o el viernes y hay que esperar al sábado?

Ventana de lanzamiento

Según explicó a BBC Mundo Steve Payne, director de integración de lanzamientos de la NASA, existe un periodo de tiempo determinado en el que es posible realizar el lanzamiento de un cohete espacial, para garantizar que se alcance el objetivo satisfactoriamente.

Es lo que los científicos llaman «ventana de lanzamiento instantánea«.

«Para interceptar la estación espacial, hay que hacerlo cuando está directamente sobre nuestra posición», indicó Payne.

De acuerdo con el científico, si se lanza el cohete cuando la EEI nos pasa por encima es mucho más fácil porque todo lo que tienen que hacer los astronautas es acelerar o desacelerar para encontrarse con ella.

Lo otro, de acuerdo con el experto, tienen que ver con la energía que se emplea para llegar hasta allí.

«Si estamos en una órbita diferente no hay suficiente combustible para poder cambiar esa órbita. Así que tiene que ser hora», señala Payne.

La EEI se mueve a más de 27.000km/h, lo que significa que en diferentes días, el tiempo para llegar a ella desde el sitio de lanzamiento varía.

Y al variar la distancia, la cantidad de combustible que necesita cada viaje también cambia.

De ahí que el sábado -y de no lograrse, el domingo- será la próxima mejor opción: es decir, se abrirá otra ventana de lanzamiento instantánea.