Construido en los albores de la dictadura, el hospital Juan Pablo Pina, fue el más importante del sur de la república, y porque no decir del país. Mejor equipado, los más reputados médicos de la época…y donde no podía faltar una aspirina. Ubicado en los límites este-norte del barrio Villa Valdez, entre las calles Santome, Manuel María Seijas, Presidente Billini y Juan Tomas Díaz.

En sus 72 años este centro de salud ha jugado su papel. Pero ha venido involucionando desde que fue asaltado por la politiquería.

Los últimos 20 años han sido ¨ricos¨ en transformaciones de sus estructuras, en las inversiones para el equipamiento, obras y acciones dirigidas a la adecuación y modernización del centro hospitalario.

Al decir de muchos, con los chelitos que se han gastados o invertidos en el Juan Pablo Pina, se podía haber construido también un hospital infantil o de la mujer, que desconcentraría los servicios de este. Pero ya están invertidos, ya no hay espacio para lamentaciones, solo para rogar que algún día también terminen los remiendos de cada cuatrienio al Juan Pablo Pina.

La población del 1940, era una; la de hoy, otra muy distante y diferente. El crecimiento poblacional implica mayor demanda en todos los aspectos. Una provincia que camina al millón de habitantes, obliga a vislumbrar la sociedad d e los próximos 50 años. Planificar en el presente, sin la prisa acostumbrada, sin anarquía, sin pretensiones electoralistas.

La salud de la población debe tener como primer escenario el sector publico. Es la mejor respuesta a la masa desprovista de los medios para acudir a la medicina privada. Cuando ambas son eficientes- pública y privada- , se garantiza una población más sana.

En el hospital Juan Pablo Pina, tuvimos la dicha de venir al mundo, a la vida, como nosotros, la mayoría de sancristoberos nació ahí, situación que genera un cordón indisoluble, que nos vincula amorosa y tiernamente a este lugar.

La mejoría del JPP no puede detenerse, siempre ira en beneficio del colectivo.

Las inversiones en la planta física del JPP son de primer orden y muy necesarias.

Las inversiones para el mejor equipamiento del JPP tienen que ser permanentes y oportunas.

Ojala la dirección del hospital Juan Pablo Pina, organizara una misa en la Capilla de ese centro ubicada para el lado de la calle Presidente Billini, como eran celebradas cada tarde, pero esta vez para desde el ALTAR rogar a DIOS por el hospital…y que la modernidad y expansión no se lleve también la Capilla…