El presidente electo de El Salvador, Nayib Bukele, fue absuelto ayer en un juicio por violencia machista, un fallo que le permite dedicarse plenamente a la transición, proceso inmerso en una polémica por la suspensión de las reuniones con el Gobierno saliente para la ceremonia de traspaso.

«Fue una sentencia absolutoria totalmente, inocente y sobreseimiento definitivo» con lo que «se acaba un año y medio de un circo político», dijo Bukele al salir del tribunal.

El mandatario electo, que se mostró sorprendido de que el juicio concluyera en una sola jornada, fue absuelto del cargo de expresiones de violencia contra la mujer tras casi siete horas de audiencia.

El Juzgado Especializado para una Vida Libre de Violencia y Discriminación contra la Mujer de San Salvador instaló el juicio cerca de las 10.00 hora local (16.00 GMT), casi una hora después de lo programado.

El mandatario electo, de la Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA, centroderecha), señaló que la Fiscalía no pudo comprobar «absolutamente nada» y que «ni un solo testigo» de los 9 que declararon respaldó la acusación del Ministerio Público.

Antes de que se instalara el juicio, Bukele lamentó que no pudo conciliar con la exsíndica de la Alcaldía de San Salvador, Xochitl Marchelli, quien lo denunció por supuestamente agredirla verbalmente.

La supuesta agresión fue una de las razones que tomó un tribunal interno del gobernante Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN, izquierda) para expulsar a Bukele en 2017, con lo que lo dejó fuera de la contienda para su reelección como alcalde de la capital salvadoreña.

Con esta victoria judicial Bukele cierra, al menos por el momento, su paso por los tribunales y podrá dedicarse a los preparativos para asumir el poder Ejecutivo, a pesar de que ordenó la suspensión de todo «contacto con el Gobierno».

El mandatario electo acusó este jueves al Ejecutivo de Salvador Sánchez Cerén de «secuestrar» los preparativos de la ceremonia de toma de posesión, que se celebrará el 1 de junio próximo.

También aseguró que el gobernante FMLN y la opositora Alianza Republicana Nacionalista (Arena, derecha), históricos adversarios, se han «unido» en su contra en un «matrimonio impensable».

Se refirió así a las declaraciones del presidente del Congreso y diputado de Arena, Norman Quijano, quien señaló que dicho órgano realizará una sesión solemne para la toma de posesión en su sede y no en una ceremonia especial en el Centro Internacional de Ferias y Convenciones (Cifco), como se acostumbra.

La legislación salvadoreña estipula que es el Congreso el que debe «recibir la protesta constitucional y dar posesión de su cargo a los ciudadanos que, conforme a la ley, deban ejercer la Presidencia y Vicepresidencia de la República».

Esta polémica supone el primer enfrentamiento entre Bukele y las formaciones tradicionales del país, que se repartieron las últimas cinco administraciones y cuyo bipartidismo en el Ejecutivo se rompió con el holgado triunfo de Bukele en las elecciones presidenciales del pasado 3 de febrero.

«Vamos a suspender todo contacto con el Gobierno actual y vamos a esperar qué sucede», señaló Bukele antes del juicio y horas después, tras conocer el fallo absolutorio, apuntó que la Constitución «no menciona ninguna consecuencia» si no se realiza el acto de toma de posesión con el Congreso.

El mandatario electo enfrentó otro juicio el pasado 7 de marzo por calumnia, en el que se disculpó con el exportavoz del Gobierno Eugenio Chicas por acusarlo de violar a una menor de edad y pactó el pago de 50.000 dólares para concluir el proceso.

El jefe de Estado electo ganó los comicios presidenciales de febrero en primera vuelta con 1.434.856 votos, es decir, el 53,1 % de las papeletas escrutadas válidas.