De la inmensa cantidad de sedimentos de aguas residuales que la humanidad produce, solo una parte de esta materia de desecho se aprovecha como estiércol y para otras aplicaciones en terrenos. Una gran cantidad acaba arrojándose en vertederos.

 

En un nuevo estudio, el equipo de Kung-Hui (Bella) Chu, de la Universidad A&M de Texas en Estados Unidos, ha descubierto una forma eficiente de utilizar esa masa inútil de sedimentos de aguas residuales para fabricar plásticos biodegradables.

 

El equipo de investigación ha comprobado que la bacteria Zobellella denitrificans (cepa ZD1), que vive normalmente en manglares, puede consumir aguas residuales y los sedimentos de estas para producir polihidroxibutirato, un tipo de biopolímero que puede utilizarse en vez de los plásticos hechos a base de petróleo.

 

Los investigadores argumentan que el nuevo método de fabricar bioplásticos mediante la Zobellella denitrificans ZD1, además de reducir la carga de desechos en los vertederos y contribuir a mantener limpio el medioambiente, ofrece una vía para abaratar los costos de fabricación de bioplásticos, un paso importante hacia el objetivo de que tengan un precio más competitivo frente al de los plásticos comunes.

 

El polihidroxibutirato, una clase emergente de bioplásticos, es producido por varias especies de bacterias cuando experimentan cierto desequilibrio de nutrientes en su entorno.