El cine llega a México prác­ticamente un año después de conocerse en el mundo el nuevo arte nacido en París el 28 de di­ciembre del 1895. El presi­dente de entonces, Porfirio Díaz junto a todo su gabine­te, se deleitan asombrados viendo las imágenes que proyectaba el cinematógra­fo, dando inicio a la locura colectiva para canalizar es­ta maravilla de la creación humana para llevar entrete­nimiento a una población.

Fernando de Fuentes un gran director de películas inolvidables, estrena en el 1935 la película “Vámonos con Pancho Villa” donde de manera simbólica inicia la llamada “Epoca de Oro del Cine Mexicano” que com­prende desde el 1935 hasta el 1960 dejándonos un le­gado de grandes produccio­nes con artistas de primera línea, que marcaron genera­ciones tanto en la industria cinematográfica como de sus espectadores.

Una de esas películas que marcaron sensiblemente al espectador fue el filme “No­sotros los pobres” del año 1947 con Pedro Infante co­mo protagonista principal. A raíz del éxito de esta pe­lícula, hubo dos secuelas que se enrolaron en la di­námica de este tipo de dra­ma social, las cuales fueron: “Ustedes los ricos” (1948) y “Pepe el Toro” del 1952 que conformaron esta trilogía de las nuevas clases urba­nas del obrero en la ciudad de México donde detalla el melodrama vivido por estos personajes.

Pues bien, “Nosotros los pobres” caracteriza a un personaje humilde llamado Pepe (Pedro Infante) quien es un carpintero de oficio, y aunque posee todas las ca­rencias de un individuo pobre, siempre tiene como valores los principios de la dignidad, la humildad y el apego a la familia como for­ma de compartir las necesi­dades entre todos. Sin em­bargo, la película retrata la esencia de las injusticias so­ciales con las marcadas di­ferencias de clases, como una manera de destacar el nivel de la pobreza en los barrios mexicanos.

Pepe como cabeza de fa­milia, queda enredado por una serie de eventos trági­cos, el cuál es acusado de un crimen que no cometió, sin embargo, con la ayuda de la comunidad logra que la justicia prevalezca, que­dando al descubierto el dra­ma al que son sometidos los desarrapados hombres in­felices ante la realidad que les toca vivir día a día.

Hay que recordar que las características de dicha po­breza en la ciudad de Méxi­co de esos años eran muy similares a las condiciones imperantes en América La­tina, por lo que muchas de las situaciones mostrada en el filme se identificaban en nuestros países, y la Repú­blica Dominicana no era la excepción. Es por ello, que este drama social junto con la fama de los artistas hizo que la misma fueran éxitos comerciales junto con las canciones para el gusto po­pular.

Pedro Infante realiza una de sus mejores actuaciones afianzándose en el cariño del público, contribuyendo su aura mítica de cantante y de actor. Era de esperar que no pueden faltar sus cancio­nes como parte de satisfacer a los espectadores, y en es­ta ocasión, canta el famoso bolero “Amorcito Corazón”, “Las mañanitas”, “Y qué bonito es querer” ubicadas dentro de las escenas ade­cuadas para la ocasión, por el cual su director Ismael Rodríguez supo sacarle ven­taja en primeros planos a Pedro Infante para el deleite de sus seguidoras.

“Nosotros los pobres” fue un éxito comercial que sola­mente evocamos en nuestra memoria ver a nuestros pa­dres yendo al cine Capito­lio, Olimpia, Independencia o el Santomé, para deleitar­se sobre un tipo de películas muy especiales, las cuales eran parte esencial de nues­tra idiosincrasia como pue­blo.

Por lo tanto, nunca está de más, poder ver este ti­po de obras como forma de añoranzas por un cine que está ahí como parte de su evolución.

 DE INTERÉS

 “Nosotros los pobres” es­tá basada en una radio novela que Ismael Ro­dríguez quiso llevarla a la pantalla grande con excelente adaptación.

La famosa canción “Amorcito Corazón” es un ícono de la cultu­ra popular. Esta canción fue escrita por Pedro de Urdimalas y la música por Manuel Esperón el cual fue compuesta para la película.

La escena cuando Pedro Infante la canta en su taller de carpintería, es una de las más parodia­da e imitada en la televi­sión mexicana.

Según la revista “So­mos” del 1994 en la ciu­dad de México sobre las 100 mejores películas del cine mexicano, “No­sotros los Pobres” ocupa el lugar 27 de lo mejor de su cine.