Puerto Principe.- Jovenel Moise juramentó el martes como presidente de Haití —país profundamente dividido y en grave crisis económica— para los próximos cinco años, tras una prolongada crisis política marcada por denuncias de fraude electoral.

Con la mano sobre la Biblia, Moise juró obedecer la constitución y mejorar las vidas de los ciudadanos en el empobrecido país. A la ceremonia realizada en el Parlamento asistieron legisladores haitianos y dignatarios de países como Estados Unidos, Venezuela y Francia. En unas horas pronunciará un discurso donde detallará sus planes de gobierno.

Moise llegó a la presidencia con la promesa de estimular la economía en las regiones rurales, donde el 80% de la población vive de la agricultura, y animar el desarrollo económico en una de las naciones menos desarrolladas del mundo.

El empresario originario del norte de Haití esbozó una leve sonrisa mientras el presidente del Senado le colocaba la banda presidencial roja y azul.

Su gobierno se verá beneficiado de tener mayoría en el Parlamento, donde diversas facciones están alineadas con su Partido Tet Kale. Se anticipa que en pocos días nombre un primer ministro.

Moise ganó 55% de los votos en noviembre, en elecciones que se repitieron, pero sus adversarios sostienen que no posee un mandato ya que sólo el 21% de los votantes registrados fueron a las urnas.

Su victoria ocurrió más de año y medio después de que ganó unas elecciones que fueron anuladas en medio de acusaciones de fraude.

Robert Fatton, un haitiano que ahora es profesor de ciencias políticas en la Universidad de Virginia, calificó de «hercúlea» la tarea que tiene Moise por delante.

«Deberá reanimar la producción nacional, aumentar la inversión nacional y extranjera, rescatar al moribundo sector agrícola, crear un sentimiento de solidaridad nacional, y generar cierta estabilidad política», dijo Fatton. Además, agregó, lo tendrá que hacer en momentos en que mengua la ayuda extranjera.

Sin embargo, Fatton sugirió que Moise podría beneficiarse de las bajas expectativas que predominan en la sociedad, tras años de políticas fracasadas y sueños frustrados.

«Si logra aunque sea un pequeño cambio positivo, podrá restaurar un sentido de esperanza hacia el futuro», explicó.

El líder del Senado Youri Latortue, quien encabezó la breve ceremonia de toma de posesión, dijo al nuevo mandatario que los legisladores «estamos dispuestos a cooperar con usted para el bien del país».

Moise, un empresario oriundo del norte de Haití, nunca había sido candidato para cargo alguno hasta que fue seleccionado para ser el abanderado del Partido Tet Kale, por el presidente saliente Michel Martelly.

Algunos políticos ven el ascenso de Moise con algo de suspicacia, bajo la creencia de que Martelly lo está usando como títere. El año pasado en una entrevista con The Associated Press, Moise rechazó esa creencia, afirmando que Martelly será un valioso asesor, pero que él como presidente actuará de manera independiente.