Hay que tener mucha sangre fría y una gran destreza de pilotaje para ponerse al volante de un dragster en una carrera de velocidad. Superar los 300 km/h desde parado en muy pocos segundos no es una tontería. Hay que saber controlar a la perfección el vehículo para que la competición finalice sin percances; al contrario de lo que sucedió en el evento Radial Revenge Tour, celebrado hace unas semanas en el circuito de Tulsa, en Oklahoma (EE.UU.).

En una de las pruebas se medía el Corvette C7 biturbo pilotado por Daniel Pharris contra el Camaro conducido por Bandron Pesz. Un cara a cara entre dos bestias propulsadas por varios miles de caballos cada una. Dominar esta potencia descomunal es tarea difícil y la mejor prueba de ello la podéis ver en el siguiente vídeo, que muestra cómo el coche de Pharris, propulsado por 4.055 CV, sale volando.

Aunque ambos automóviles hacen un caballito al acelerar a fondo, Pesz consigue recuperar el control, mientras que Pharris literalmente despega de la pista para volar durante unos cuantos metros antes de aterrizar en el carril de su contrincante, que es capaz de evitar el choque tanto con los pedazos de carrocería que salieron despedidos como con el propio vehículo.

“Intenté evitar levantar el vuelo pero el aire empujaba desde abajo el coche y no pude hacer nada al respecto”, ha explicado el protagonista del accidente en su cuenta de Facebook. Y es que este tipo de vehículos, con una potencia absurdamente descomunal, pesan tan poco que en ocasiones el aire que pasa por debajo ejerce más fuerza que su propia aerodinámica. Afortunadamente, el piloto no sufrió heridas y pudo salir por su propio pie.

El Corvette C7 de Alepo Racing eroga más de 4.000 caballos

El Corvette C7 de Alepo Racing eroga más de 4.000 caballos (Wilson Motorsport Photography)

El Corvette de Alepa Racing, acabó la manga muy maltrecho estructuralmente, sobre todo en la parte delantera. “Durante un tiempo estará fuera de toda actividad mientras lo reparamos; más adelante regresará más fuerte y seguro que nunca”, informaron fuentes del mencionado equipo deportivo.

A modo de curiosidad, pese a ser una carrera accidentada, el dragster de Daniel consiguió cruzar meta en 4,6 segundos y alcanzar una velocidad punta de 226,92 millas por hora, lo que equivale a casi 364 km/h. Así lo indica el panel digital que aparece en la grabación. Sin duda, se trata de una gran marca si tenemos en cuenta que el vehículo estuvo parte del tiempo en el aire o deslizándose incontrolado por el asfalto.

El dragster de Daniel Pharris consiguió cruzar meta en 4,6 segundos y alcanzar una velocidad punta de 364 km/h”.