La caravana de migrantes hondureños que entre el viernes y este sábado cruzaron a Guatemala, en ruta hacia Estados Unidos, no pudo ser frenada por las autoridades debido a que las más de 3.000 personas superaron los cordones de seguridad de 300 policías.

Así lo dijo a Efe Guido Zelaya, delegado de Migración en El Florido, punto aduanero en el departamento de Copán, en el occidente de Honduras, fronterizo con Guatemala.

“El cuerpo policial de Honduras en El Florido, de 300 elementos, no se dio abasto ante avalanchas de tanta magnitud, de 3.000 o más personas, no puedo precisar una cifra exacta”, subrayó Zelaya.

Agregó que luego de la primera avalancha del viernes, hacia las 23:00 hora local “seguían llegando migrantes en camiones y autobuses que los venían a dejar a la frontera, de donde hoy en la madrugada salieron los demás”.

El funcionario indicó que los migrantes no fueron violentos, pero que los dos cordones policiales hondureños, de 150 elementos cada uno en El Florido, no fueron suficientes para intentar contenerlos y que algo similar ocurrió con los resguardos que tenían las autoridades de Guatemala.

Desde Guatemala hoy se informó que en la caravana, que ahora cruza ese país con el fin de llegar a la frontera con México, van más de 9.000 personas, aunque en principio se dijo que serían unas 6.000.

Zelaya señaló que por El Florido el viernes pasaron legalmente 298 personas, entre transportistas y pobladores que viven en los alrededores que van a hacer compras a Guatemala, mientras que de ese país ingresaron a Honduras 250.

Añadió que para cruzar a Guatemala, a los hondureños se les exige una prueba negativa de covid-19, que se hayan practicado en las últimas 72 horas, máximo; un prechequeo obligatorio que pueden hacerlo de manera virtual, y su carné de identidad, si se trata de personas adultas.

Si son niños, el requisito obligatorio es pasaporte y una autorización certificada por un notario, por parte de uno de los padres, si el menor no va acompañado de los dos.

“Si no cumple con esos requisitos, no puede viajar a Guatemala, que también exige esa documentación legal”, precisó Zelaya.

Dijo además que más de 300 migrantes se habían apostado hoy en las cercanías de El Florido, no se sabe si con la intención de pasar legalmente o si esperan a más personas para hacerlo de manera irregular, como lo hicieron los que cruzaron en avalanchas entre el viernes y hoy.

Según el funcionario, el 90 % de los migrantes no lleva los documentos que se requieren para cruzar a Guatemala, y que por esa razón lo hacen de manera irregular.

ALGUNOS NO CRUZARON A GUATEMALA POR PRUEBAS DE COVID-19 VENCIDAS

Entre los migrantes que hoy esperaban cruzar a Guatemala había muchos que querían hacerlo de manera legal, pero tenían vencidas las pruebas negativas de covid-19.

La pandemia de covid-19 en Honduras se comenzó a expandir en marzo de 2020, y desde entonces en el país se han registrado más de 132.400 contagios y 3.344 muertos, según el estatal Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager).

“Llevamos los papeles en regla, pero la prueba de covid-19 solo sirve para 72 horas y nosotros llegamos con vencimiento de un día, según nos han dicho las autoridades”, dijo a Efe Víctor Manuel Laínez, un campesino de 38 años.

Agregó que unos 600 migrantes, de los que iban en la caravana, el viernes durmieron en La Entrada, Copán, a unos 70 kilómetros de El Florido.

“Nosotros llegamos hoy a El Florido en autobuses porque queremos pasar legalmente a Guatemala y sumarnos a la caravana, pero no podemos porque no tenemos actualizada la prueba del covid-19”, indicó Laínez, procedente de San Antonio de Cortés, departamento de Cortés, en el norte de Honduras.

Según su relato, “no es un antojo querernos ir, lo hacemos porque perdimos todo por las inundaciones”, causadas por las tormentas tropicales Eta e Iota, que en noviembre dejaron severos daños en Honduras, principalmente en el norte y occidente.

Las pruebas de covid-19 de Laínez y otros dos hermanos con los que quiere viajar a Estados Unidos, eran válidas para el 13, 14 y 15 de enero.

“Ahora nos piden que regresemos a Santa Rosa de Copán a hacernos nuevas pruebas, de lo contrario no nos dejan pasar. No sabemos qué hacer, pero creo que vamos a tener que regresar, aunque no tenemos dinero y queremos seguir para ver si llegamos hasta los Estados Unidos”, indicó Laínez.

Efe pudo constatar que algunos de los migrantes que hoy llegaron a El Florido durmieron el viernes en el municipio de Copán Ruinas, que se localiza a 11 kilómetros del paso fronterizo.

“La actividad de nosotros en San Antonio de Cortés es la siembra de maíz y fríjoles, pero por las inundaciones lo perdimos todito y ahora no tenemos dónde trabajar porque está destruido el campo”, agregó el migrante hondureño.

Dijo además que es padre de 10 hijos, el mayor de 17 años, y el menor de 1, y que el trabajo de su esposa consiste “en cuidarlos porque todos somos una familia”.

Laínez considera que “el Gobierno no lo tiene que mantener a uno”, pero que “por lo menos el presidente -Juan Orlando Hernández- debería pedirle a los otros países que nos dejen ir a trabajar con ellos para ayudar a nuestras familias porque en Honduras la vida cada día es más difícil”.

“Yo no me quiero ir de mi país, pero la situación que estamos viviendo nos ha obligado”, acotó.