Mantener la calma parece una labor para titánica en medio del trampolín emocional que ha generado la pandemia del Covid-19.La propagación de noticias falsas, de notas de voz del “amigo que tiene un primo médico” y el propio aumento de los casos e, incluso,  el fallecimiento de algunos que tocan de cerca, ya sea por lazos familiares o por el legado que esa persona dejó en la sociedad, han contribuido a incrementar los niveles de ansiedad hasta el punto de que algunas personas han tenido crisis.

“La ansiedad es una experiencia emocional adaptativa que todas y todos sentimos y está bien que la sintamos. En ocasiones, como la situación por la que estamos atravesando, esta ansiedad hace que nos sintamos tensos, que nos estresemos y que sintamos miedo”, nos dice Itania María, psicóloga clínica y terapeuta familiar del Centro Espiga.

Lo cierto es que ante determinadas situaciones cada persona reacciona de manera diferente.

“Los seres humanos somos básicamente seres emocionales; el miedo es un estado emocional generado por la percepción de un peligro o amenaza y, a diferencia de otras emociones, no puede ser pospuesto. La versión más evolucionada del miedo es la ansiedad. Dentro de los síntomas a identificar se encuentran temor y preocupación excesiva por su propia salud y la de sus seres queridos, cambio en el patrón sueño-alimentario, dificultad para concentrarse, uso de alcohol, sensación de muerte eminente y síntomas somáticos, mareos,  temblores, falta de energía, palpitaciones, presión en el pecho, sudoración o escalofrío o, incluso, desmayos”, nos explica Yomaly Almonte, médico psiquiatra del Centro Médico Moderno.

Almonte advierte que además de ansiedad la situación actual puede desencadenar trastorno depresivo mayor, psicosis (paranoia y suspicacia), trastorno de estrés post-traumático, y obviamente, las personas previamente diagnosticadas con algún trastorno mental son las más vulnerables.

DOSIFICAR LO QUE CONSUMES

Pese a estas circunstancias especiales, es posible mantener el control y la calma, empezando por dosificar lo que se consume. “No se trata de vivir desinformado, sino de no estar sobreinformado, lo cual es un generador de ansiedad y angustia. Las noticias no certeras o catastróficas crean un círculo vicioso que aumenta la dependencia hacia la información y refuerza la ansiedad y la preocupación”, agrega Almonte.

La experta exhorta buscar las noticias solo de fuentes autorizadas. “Se puede tener acceso a dos o tres noticias sobre el tema durante el día.  Es evidente que no podemos controlar lo que otros expresen o envíen por los diferentes  grupos o redes sociales.  Sin embargo, tú puedes cuidarte de ellos limitando el uso”, agrega.

En el caso de que te encuentres solo/a en casa y sientes que te sobreviene un ataque de ansiedad, Itania María recomienda hacer el intento de llevar el foco de atención a otra actividad. “Es importante que trate de hacerse consciente que esa ansiedad es por el estrés que está viviendo. Aunque no es fácil, en ese momento debe intentar pensar en otra cosa, evita pensar en que le va a suceder algo malo, pues mientras más piense así, más síntomas sentirá”, apunta la especialista. 

Otras recomendaciones son realizar respiración consciente, dejar de abrir todas las informaciones que te envían por los diferentes chats, hacer llamada de vídeo conferencias con gente que ames (mejor amiga/o y familiares con quienes te una un fuerte vínculo). Realizar juegos de mesa en familia, leer y escenificar cuentos infantiles a tus hijos, sentarse a ver muñequitos, con y sin los hijos  (si tienes acceso a canales por cable o a Netflix buscar programas y/o películas de comedias), tomar el sol y hacer ejercicios de relajación.

EN TUS MANOS

La médico psiquiatra Yomaly Almonte nos da las siguientes recomendaciones para contrarrestar los niveles de ansiedad: valida tus emociones, crea rutinas diarias, reconoce el miedo pero no te quedes en él, evita la sobreinformación, mantén conexión con tus seres queridos a través de videoconferencias, llamadas telefónicas y redes sociales; aprovecha el momento para hacer lo que, por el ritmo habitual de vida, tienes pospuesto (leer un libro, cocinar en familia, hacer algún curso online); ejercítate, cuida tu rutina de sueño, cultiva la perseverancia, una actitud que se nutre de paciencia, aprendizaje y autorreflexión. ¡Recuerda que esto pasará!