Las mujeres no solo son la musa en las canciones de Alejandro Sanz. También lo son de su fiesta en el escenario, como sucedió la noche del sábado en Hard Rock Hotel Punta Cana.

Ellas son parte vital en su orquesta. De 11 componentes, entre músicos y coristas, hay seis y dos de ellas son dominicanas: la corista principal y la baterista.

Karina Pasián, la corista, es un plus junto a Sanz. Lo acompaña en “Looking for paradise” y en “Mi persona favorita”.

Karina era una niña cuando fue descubierta por el gurú de la industria musical Quincy Jones y estuvo nominada a un Grammy Award en el género R & B.

La baterista Helen de la Rosa también es dominicana, al igual que el músico Chris Hierro, hijo del merenguero Henry Hierro.

Helen, egresada de la universidad de Berklee, fue recomendada por los mismísimos Michel Camilo y Juan Luis Guerra, según reveló el propio Sanz.

Precisamente a Juan Luis, a quien denominó como el único rey de la bachata, le rindió un homenaje al hacer su propia versión de “Burburjas de amor”, a propósito de que el ritmo dominicano fue declarado por la Unesco como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Con la confianza que le da su guitarra, Alejandro Sanz llega al escenario para recorrer una carrera sustentada en el pop, el rock, la canción de autor y aires flamencos.

Durante las menos de dos horas del show, Sanz engancha a la multitud de 12,000 corazones con “No es lo mismo” y “Quisiera ser”, “¿Lo ves?”… Y remata al final: “Y, ¿si fuera ella?, “Amiga mía”, “Mi soledad y yo” y “Corazón partío”.

El coro de la multitud en Punta Cana le puso el sello a esa complicidad que siempre le dará el pasaporte de bienvenida al cantante español Alejandro Sánchez Pizarro (su nombre real), quien pasará por estos rincones caribeños su cumpleaños 51, el próximo miércoles 18 de diciembre, día en que nació en Madrid, aunque es hijo adoptivo de Cádiz (la zona de origen de sus padres).