La tercera de las misiones marcianas de la actual ventana de oportunidad, después de la Hope de Emiratos Árabes, y la Tianwen-1 china, llegó puntual a su destino el 18 de febrero.

La Perseverance, o Perseverancia, de la NASA, desgranó como estaba previsto su complejísima cadena de acontecimientos técnicos, que permitieron que el vehículo se posara como se esperaba en la amplia zona disponible del cráter Jezero.

Unos minutos más tarde, el vehículo envió sus primeras fotografías para mostrar el aspecto general del lugar de aterrizaje, ante el entusiasmo del equipo de controladores en tierra.

El vehículo, que transporta cooperaciones de varios países, incluida España, es la misión robótica marciana más ambiciosa hasta la fecha.

Estructuralmente muy parecido a su antecesor, el Curiosity, aún activo en la superficie, su principal objetivo será en esta ocasión aclarar si hubo o no vida en Marte en el pasado.

El cráter Jezero es un lugar muy apropiado para ello, pero también es un lugar difícil para llevar a cabo un aterrizaje tan complejo.

Se cree que Jezero es una cuenca en la que en el pasado corría un antiguo río para formar un lago. Si esto es así, se depositaron sedimentos en una zona conocida como delta.

Los científicos piensan que este es un entorno apropiado para la conservación de señales de la existencia, si la hubo, de vida antigua en Marte, miles de millones de años atrás.