El acelerado deterioro del sistema de partidos politicos en la Republica Dominicana, permite que en cada proceso electoral se busquen figuras carismáticas y atractivas para ganar curules y municipalidades, importando muy poco que estas provengan del mismo infierno. Procurar oxigenarse es el propósito, aunque para ello se menosprecie, maltrate y vulnere el derecho de sacrificados dirigentes locales y nacionales. 

El municipio de San Cristóbal tiene una muy pobre cohesión social, pero esto no fue obstáculo para articular acciones contra la pésima administración municipal del señor Raúl Mondesí, que dio meritos a la condenación tanto al expelotero como a varios de sus socios colaboradores.

Con muy escasas excepciones los ayuntamientos del país han sido piñatas desfrutadas por síndicos, regidores y socios, sin ningún rubor ni miedo. La sentencia que condena a Mondesí, escribe una página imborrable de la importancia del ejercicio de una ciudadanía responsable y del menos que ninguno respeto de los partidos a la hora de hacer propuestas electorales a la sociedad.

El pueblo endoso su respaldo a la lucha, que a través del Comité por la Transparencia, el Foro por la Transparencia Municipal, juntas de vecinos, organizaciones sociales, religiosas, barriales, campesinas y comunitarios, sirvieron de instrumento para la organización de esta jornada histórica que ha parido una condenación de trascendencia nacional e internacional.

La devastación material y moral fue traumática, la carencia total de los servicios básicos, el desprestigio y valoración negativa de nuestra comunidad, enervo los ánimos, y desafiando amenazas, agresiones, quema de vehículos, viviendas tiroteadas, constantes acosos, el pueblo realizo jornadas heroicas, como el día de Luto Municipal, el Juicio Popular, Asambleas, Marcha y denuncias permanentes en los medios locales, nacionales y las redes sociales, así como acudir a la Procuraduría General de la Republica, Cámara de Cuentas, Contraloría General de la República y la Dirección General de Etica e Integridad Gubernamental.

El pueblo ha jugado su papel, ahora falta que la justicia termine de jugar el suyo con dignidad y decoro, como lo hizo el Primer Tribunal Colegiado del Distrito Judicial de San Cristóbal.
Esta sentencia, va dirigida a los partidos políticos, culpables de esta situación, para que se dejen de presentar gente sin meritos ni valía moral, ajenos y distante a una vida decente, como alcaldes, regidores, diputados y senadores, en la mayoría de los caso por el merito de la cartera, otro por una simpatía coyuntural, que ha permitido toda esta pus y hedores cloacales.

Aunque la actual gestión del cabildo, descansa en los hombros de un buen ciudadano, de un ser forjado social y profesionalmente bajo el paradigma de honradez, absoluta transparencia; la sociedad nunca debe desmayar para lograr mantener blindado el ejercicio de la actividad municipal, pues es harto sabido que principales beneficiarios de la anterior gestión pululan por la casa consistorial.

Muchos colores y voluntades fue necesario armonizar para llegar hasta la sentencia condenatoria; la prensa, los comunicadores y los activistas de las redes mantuvieron el tema vivo en los medios; la sociedad toda esta pendiente y apuesta a sepultar esta manera asquerosa de administrar las cosas del municipio.

Desde el mismo 16 de agosto del año 2010, el cabildo fue asaltado por bandas, por gente que se cobro deudas personales apropiándose de los rodajes y la venta ficticia de combustibles. Esos están libres por ahí, el ministerio público debe seguir auscultando esa administración de seis años. Meter la nariz en las diabluras cometidas por la anterior Sala Capitular, para que esto sirva de freno a quienes se creen intocables.

Es hora de que las agrupaciones políticas abandonen la práctica de estar premiando tránsfugas y compradores de candidaturas que, casi siempre, terminan como el señor Mondesí, en el lodazal. Cuando se asumen estos carajos como candidatos, se ofende al pueblo y se lesiona el derecho de la gente buena que milita en las organizaciones partidarias.

La victoria es del pueblo.

La sentencia de Sam Cristóbal envía un mensaje al país, es una clara señal de que se debe y se tiene que actuar con honradez, transparencia y decencia en la administración de los dineros del pueblo, a nadie se elige para que se robe el dinero puesto en sus manos. Quien lo haga, Najayo es su mejor destino.

Elvin Sanchez