El trabajo que inició en el 2016 el Instituto Clodomiro Picado de la Universidad de Costa Rica (ICP- UCR) para salvar vidas a nivel mundial, finalmente se concretó. A partir de este 2019, las más de 2.7 millones personas en condición de pobreza que sufren envenenamientos por mordeduras de serpiente, y que han sido del desinterés de las grandes casas farmacéuticas, tendrán una nueva esperanza.

 

Se trata de una iniciativa que difundió oficialmente la Organización Mundial de la Salud (OMS) el jueves 23 de mayo, impulsada por la UCR, la cual se basa en cuatro tácticas clave: empoderar e involucrar a las comunidades, asegurar tratamientos seguros y efectivos, fortalecer los sistemas de salud e incrementar alianzas.

 

El objetivo que se persigue es reducir, antes del 2030, un 50% de las muertes ocasionadas por esta problemática, que en los últimos años se ha posicionado como enfermedad desatendida y crisis de salud mundial.

 

“El liderazgo que ha tenido Costa Rica en esta iniciativa internacional deriva de su larga trayectoria en el manejo y enfrentamiento del problema de las mordeduras de serpientes. El país ha desarrollado una plataforma fuerte de investigación científica y tecnológica, y en la producción de un medicamento eficaz y seguro”, afirmó el Dr. José María Gutiérrez, investigador del ICP-UCR.

 

En la iniciativa participaron varios actores además de la UCR. Entre ellos están: el Ministerio de Salud, la embajadora Elaine Whyte, representante permanente de Costa Rica ante las Naciones Unidas en Ginebra, la Iniciativa Global de Mordedura de Serpiente (GSI), la Acción Internacional de Salud (HAI) y Colombia.

 

Este logro se da después de que la OMS aceptara en el 2017 la propuesta de Costa Rica, liderada por la UCR, y anunciara de manera oficial que el envenenamiento por mordeduras de serpientes era uno de los padecimientos con mayor impacto negativo para la salud mundial que no era atendido.