Inés se pasa sus días sentada en su sillón reclinable. Desde ahí contempla la televisión encendida, y en su vista perdida refleja el amor que en su vida entregó a sus hijos.

Enviudó en la flor de su juventud. Es la madre de cuatro hijos, abuela de ocho nietos y bisabuela de cuatro bisnietos. Fue la primera educadora, referente de valores y pilar de su familia.

Ella es parte de los 1,178,120 adultos mayores que se proyectan en República Dominicana en el 2020 con algún tipo de demencia senil, según la Oficina Nacional de Estadística (ONE), aunque en la actualidad estas cifras no son las correctas. Ninguna institución privada ni gubernamental lleva un registro de personas que viven con esta enfermedad.

Su padecimiento fue visualizado por sus familiares. La ansiedad de la búsqueda del dinero recién guardado, duda de saber si se realizó el baño diario, dificultad para comprender imágenes o la desorientación del tiempo fueron las primeras manifestaciones.

La familia notó su situación, porque según José Francisco Alonso, trabajador social sanitario en el Servicio Andaluz de Salud, en estos pacientes el deterioro cognitivo supone una mayor gravedad. Van produciendo importantes modificaciones en las conductas de las personas afectadas.

El tiempo fue transcurriendo, y la Inés que lavaba, planchaba y cocinaba comenzó a necesitar de uno de sus hijos para que la llevara a la iglesia, que la supervisaran para salir y repetirle las conversaciones con las personas.

“Cada familia vive el deterioro cognitivo de su familiar como el más importante. En mi opinión no hay enfermedades más importantes que otras, aunque bien es cierto que el Alzheimer es la forma más común y frecuente de demencia, pues supone entre un 60 % y 70 % de los casos según la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, añade Alonso.

El neurólogo José Silié Ruiz señala que en esta fase de la enfermedad se produce la destrucción de neuronas, en una determinada parte del cerebro que se llama hipocampo, que se encarga de controlar la memoria. Con la pérdida de las neuronas la memoria a corto plazo empieza a fallar y se deteriora la capacidad de la persona para realizar tareas sencillas.

El tiempo transcurre, y la matriarca Inés fue poco a poco cambiando de ropa interior de tela a pañales desechables, de comer por instinto a tener que ser asistida por uno de sus vástagos para comer su almuerzo, como cuando era pequeña y sin poder caminar porque ya se lo olvidó cómo hacerlo.

Ella es el legado vivo de una vida llena de entrega, de valores, que día a día se convierten en el recuerdo por una enfermedad que no solo le afecta a ella, sino a todos los miembros de su familia.

¿Se puede evitar?

Silié Ruiz asegura que la enfermedad de Alzheimer no es todavía una emergencia global, pero es una amenaza creciente para la salud. Resalta que la OMS presentó una guía para prevenir su aparición o para, al menos, retrasar su inicio. Estas son similares a las medidas que se recomiendan para evitar los derrames cerebrales y los infartos cardíacos: hacer ejercicios con regularidad, no fumar, evitar el excesivo consumo de alcohol, mantener adecuados niveles de presión arterial, colesteroles y azúcar en la sangre, socializar, eludir el ajetreo y el estrés, así como dejar a un lado la comida chatarra, y llevar en cambio una dieta mediterránea (rica en pescado, vegetales, granos y aceite verde). Es de suma importancia el uso constante del cerebro.

“En República Dominicana se está realizando una investigación que entendemos que es de primerísima importancia para el futuro del manejo de esta enfermedad, y es posible por la participación de varios bancos de cerebros. Este es el aporte a la investigación científica que, gracias a su cerebro donado al banco, pueda ayudar para clarificar mucho en este campo”, agrega.

Nuestras leyes

Partiendo del hecho de que en este país no existían leyes que ampararan a esta población en un sistema integrado de seguridad social, se creó el Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (Conape), organizado por la Ley 352-98 del año 1998, siendo la entidad responsable de diseñar las políticas nacionales en favor del adulto mayor.

¿Pero en verdad se cumplen? La referida legislación asegura en su artículo segundo que otorgará un documento especial denominado “carnet de exoneración” a todo envejeciente que se encuentre en cualquiera de las situaciones descritas en el artículo primero de esta ley.