En medio de los estragos de la pandemia del coronavirus y la des­aceleración de riquezas, la construcción, uno de los sec­tores pujantes de la econo­mía dominicana, se resiste a decaer.

Incluso, exhibe deman­da en el segmento vivien­das económicas, como también en una segunda casa. Pero, la economía si­gue ralentizada y, por es­to, los constructores se es­tán enfocando en cerrar los proyectos que tienen en carpeta y sus promotores comienzan a presentar in­novaciones.

Tras la reaper­tura, esperan que el primer punto de agenda del próxi­mo Gobierno sea impulsar las inversiones en obras de infraestructura con nue­vas carreteras, acueductos, puentes y viviendas eco­nómicas mediante la figu­ra del fideicomiso, dado su gran aporte al produc­to interno bruto (PIB). Só­lo en 2019 el aporte al PIB fue de cerca del 11%.

En el pasado año, el sector fue también un gran genera­dor de empleos directos, casi 400,000, sin contar los que se crean colaterales a través de la informalidad y del consumo en comer­cios de las comunidades donde se desarrolla la acti­vidad. A decir de muchos, “la falta de mata la espe­ranza” y, sobre esa premi­sa, hay mucha positividad en el comportamiento que tendrá la construcción post Covid-19. Persiste la falta de unidades habitacionales y la mejora de otras y, hay oportunidades de finan­ciamiento blando median­te alianzas público-privadas para el desarrollo de me­ga obras de infraestructura vial. Así lo han expuesto los organismos internacionales del Banco Interamericano de Desarrollo, Banco Mundial y el FMI.

Apoyo

Michel El-Hage, nuevo pre­sidente de la Cámara Domi­nicana de la Construcción (Cadocon), asegura que si el turismo y las remesas son los que resultan muy afectados, entonces es el sector construc­ción al que le toca apoyar a la recuperación de la economía, cuyo reto están dispuestos a asumir, en compañía del Esta­do, “pero solos… no se puede. Se necesita de una macroeco­nomía sana”.

Es de los que dice que el futuro no existe, el futuro se construye en el presente, dije El- Hage como una muestra de su positivismo para ir dan­do paso a la solución del ac­tual problema.Al sector pro­ductivo lo visualiza puntero y vanguardista en la economía dominicana. El rol de las au­toridades estará en el diseño de incentivos fiscales, como una herramienta para moti­var la creación de empleos y nuevos proyectos, cuyo rol co­rresponde al Estado.

Además, como primer pun­to de agenda, creen que lo pri­mero será sentarse en la mesa en el próximo semestre con el sector para adoptar medidas que faciliten reinvertir los bene­ficios con el desmonte de la par­te impositiva, en su opinión, ya que de nada servir construir si no hay quien compre.

“Aplanada la curva del Co­vid-19, hay que sentarse”, por­que además la tasa cambiaria se ha desplazado un 7% y to­dos los insumos van a girar en ese orden. Los rendimientos no son los mismos y eso se verá en un incremento de los costos operacionales de las empresas de la construcción.

Al transitar por las calles y carreteras del país se observa un menor movimiento de obre­ros de la construcción, pero es­to responde al mandato de la segunda fase de la cuarentena que establece porcentajes mo­derados de empleados en las empresas. No es raro escuchar el martillar de clavos, cortes de madera o mirar a alguien car­gando cerámicas de pisos, pin­turas o hacer el oficio de eba­nista en barrios de la ciudad y algunos pueblos.

Con moderación, algunos reparan o remodelan sus ca­sas. República Dominicana es un país del Caribe hispano, con una extensión territorial de 48,442 kilómetros cuadra­dos y un déficit habitacional que supera 1.3 millones de viviendas en solo 13 demarca­ciones, según datos cortados en 2017 por la Oficina Nacio­nal de Estadísticas (ONE).

Han sido proactivos

Para El-Hage, el sector de la construcción se ha manteni­do activo desde la primera fase, primero con un 25% de la capacidad o un 50%, en la segunda fase fue adicionado otro personal y no se ha pasa­do a reintegrar el 100% por la suspensión de entrar a la ter­cera para priorizar la salud por el crecimiento de corona­virus. Las empresas, dice, han sido proactivas y cambiaron las mascarillas por otras que permiten respirar más fácil, les entregan dos a cada traba­jador, tienen equipos de des­infección. Como el mayor re­to es la hora del almuerzo han adoptado que un grupo al­muerce a las 12 del mediodía y otro a la una de la tarde.

Constructora Bisonó

Una de las grandes em­presas constructoras de vi­viendas en República Domi­nicana es el Grupo Bisonó. Juan Antonio Bisonó con­firma que en este segmento hay demanda, sobre todo, en la vivienda económica.

“La reactivación del sector se está llevando a cabo en la manera dispuesta, por fases y lentamente, en cuanto a la vivienda económica hemos notado signos de demanda ya que las ventas han inicia­do en los últimos días”. Todo esto independientemente de ue se está lidiando con el au­mento de la tasa del dólar y toda su implicación la econo­mía nacional

Bisonó prevé, para el fu­turo inmediato, una des­aceleración producto de la pandemia, “pero con ex­pectativas de mejoría en los próximos meses”.

CIFRAS

Crecimiento

En los últimos diez años, el crecimiento del sector de la construc­ción “siempre ha esta­do entre un 9%, 10% y 11% del PIB”, afirma el presidente de la Cado­con Miguel El-Hage.

Incentivos
El-Hage cree que las ofertas se derivarán de los incentivos, de las alianzas públicas que se puedan generar, es­pecialmente en estos momentos que la figu­ra del fideicomiso se realiza de manera sa­tisfactoria, porque da garantía al comprador y al vendedor.