Por mucho tiempo, los científicos consideraban que los psicópatas no tenían capacidad de producir emociones, lo que explicaba su conducta. Un concepto lejos de la realidad.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Harvard (EE.UU.) ha logrado descubrir por qué el comportamiento de los psicópatas es tan peligroso. El estudio demuestra que las señales cerebrales de los individuos que padecen este trastorno se reparten de tal manera que valoran más las recompensas inmediatas y no miden las consecuencias a largo plazo de sus actos, incluidos los inmorales.

Los expertos de Harvard realizaron un experimento con 49 voluntarios que cumplen diferentes condenas en la cárcel de Wisconsin. Durante la prueba se les puso a escoger entre conseguir una pequeña cantidad de dinero en un lapso de un minuto o ganar más dinero transcurrido determinado tiempo.

El cuerpo estriado

Tras efectuar resonancias magnéticas en los cerebros de los convictos, los científicos lograron reconocer las zonas responsables de la evaluación de los valores de las dos alternativas propuestas.

Las imágenes demostraron que en el instante de la decisión en aquellos participantes identificados como psicópatas se activó la zona del cerebro llamada cuerpo estriado, que interviene en la valoración subjetiva de la recompensa. Este estímulo les llevaba a optar por el dinero fácil y rápido.

Además, los investigadores encontraron que la corteza prefrontal ventromedial del cerebro (causante de ‘viaje mental en el tiempo’) de estas personas no posee suficientes conexiones con el cuerpo estriado, factor que hace que los psicópatas no midan las consecuencias de sus actos.

Incluso fue tan clara la falta de conexión entre la corteza prefrontal ventromedial del cerebro y el cuerpo estriado que los investigadores fueron capaces de acertar el número de veces que los voluntarios habían sido condenados por un delito.

“Aunque a los psicópatas se les suele representar como unos depredadores que actúan sangre fría, casi alienígenas, hemos venido demostrando que es posible que sus deficiencias emocionales no sean el motivo principal de sus malas decisiones”, explicó Josh Buckholtz, autor principal del estudio citado por International Business Times.

Los científicos esperan en un futuro que estos resultados contribuyan a la medicina forense en la investigación de crímenes.