Se hizo mundialmente famosa por su papel en la adaptación cinematográfica de “The hunger games”, ganó un Óscar por “Silver Linings Playbook” y se ha convertido en una de las actrices favoritas de Hollywood

Jennifer Lawrence, protagonista de la saga que comenzó con “The hunger games”, cumple 30 años como una de las caras más conocidas de Hollywood.

UN BICHO RARO.

Jennifer Shrader Lawrence nació el 15 de agosto de 1990 en Louisville, Kentucky, Estados Unidos. Su madre, Karen Koch, era la directora de un campamento infantil y Gary Lawrence, su padre, trabajaba en la construcción. Ella es la tercera de los hermanos y única mujer.

En una entrevista en la revista Vogue en 2013, la actriz calificó su infancia como bastante infeliz.

“Crecí en Kentucky. Tengo hermanos, teníamos que hacer deportes, era una estudiante horrible y me castigaban cada vez que me daban las notas. Actuar nunca fue una opción. No fue como ‘Oh, bueno, tienes una “C” en matemáticas, estás castigada, pero puedes ser una actriz’”, dijo Lawrence.

La ansiedad de la actriz crecía y sus padres comenzaron a llevarla a terapia, según publicó la revista. “Yo era un bicho raro”, dijo.

“No se metieron conmigo ni nada. Y yo no era más inteligente que los otros niños, no era por eso que no encajaba. Siempre he tenido esta extraña ansiedad. Odiaba el recreo. No me gustaba ir de excursión. Las fiestas me estresaban. Tenía un sentido de humor muy diferente”, contó a la entrevistadora.

En esa misma ocasión confesó que nunca lo había dicho antes porque no quería que se malinterpretase, pero que desde pequeña siempre tuvo una idea normal de lo que quería.

“Iba a ser una madre, iba a ser doctora e iba a vivir en Kentucky. Pero siempre supe que iba a ser famosa”, dijo bajando un poco la voz para la última parte de su confesión.

Con 14 años, según la página IMDb, viajó a Manhattan para hacer su primera lectura en mano. En ese viaje, un agente se fijó en ella, le hizo una foto y la invitó al estudio para hacer otra audición.

Finalmente, Lawrence pasó ese verano en la Gran Manzana. Antes con tan solo 14 años años dejó la escuela para perseguir su sueño de ser actriz y a los 16 años  se trasladó a California.

El papel que supuso un punto de inflexión en su carrera fue el de Ree, en el filme “Winter’s bone”, de 2010. Por esta interpretación fue nominada a los Globo de Oro y los Óscar.

Poco después llegaron las sagas de “The X-Men” y “The Hunger Games”. En 2012 protagonizó, junto a Bradley Cooper, “Silver Linings Playbook”, título con el que ganó un Óscar a la mejor actriz principal.

MOMENTOS DIFÍCILES. 

En 2013, cuando subió a recoger su premio Óscar, tropezó y se cayó en directo. “Fue uno de los momentos más embarazosos de toda mi vida”, dijo a Vanity Fair en 2014.

 “Me llevó un tiempo poder reírme de aquello. Lloré”, añadió. Sin embargo, este tropiezo reforzó frente al gran público la naturalidad de la que hacía gala.

Probablemente el capítulo más desagradable e injusto al que tuvo que enfrentarse fue la difusión de fotos privadas suyas en 2014.

Las fotos estaban almacenadas en la Nube, a la que un cibercriminal accedió e hizo correr como la pólvora por internet. Lawrence no fue la única afectada y otras mujeres sufrieron el mismo ataque.

“Tenía tanto miedo”, dijo a la revista, “No sabía cómo afectaría a mi carrera”. “No puedo siquiera describir lo que se siente tener mi cuerpo desnudo por todo el mundo contra mi voluntad. Simplemente me hace sentir como un trozo de carne que se reparte para obtener ganancias”.

Y mostró su indignación: “Es mi cuerpo y debería ser mi elección y el hecho de que no lo sea es absolutamente repugnante”.

En 2018 se tomó un año sabático para centrarse en su faceta como activista. Lawrence está involucrada con la organización Represent US, que denuncia la corrupción política y hace tareas de concienciación entre los jóvenes de su país.

“La corrupción es una enfermedad que se está propagando. En este punto, nuestro presidente no es el problema, sino las formas de hacer de nuestro Gobierno”, dijo la actriz a la revista Madame Figaro.

En cuanto a su vida personal, el año pasado se casó con el galerista Cooke Maroney tras una relación muy discreta y, por el momento, la pareja no tiene hijos.