A estos monumentos también les hace falta vigilancia ante la ola de atracos y vandalismo que allí están ocurriendo

Los ingenios Diego Caballero y Boca de Nigua, en San Cristóbal, son patrimonios tangibles que forman parte de la memoria histórica y cultural del pueblo dominicano.

A pesar de su importancia en la historia de la industria azucarera del país, estas infraestructuras se encuentran en riesgos de desaparecer ante la falta de una gestión cultural que les permita su sostenibilidad y las conviertan en un instrumento de desarrollo comunitario.

De acuerdo a Ángel María Álvarez, presidente de la Junta de Vecinos Profesora Graciela de León, de Nigua, la solución a su deterioro está en una intervención institucional por parte del Ministerio de Cultura, el Ayuntamiento de Nigua y la participación comunitaria para la puesta en valor y uso de los mismos.

“Hoy por la falta de normativas y planes de gestión, a estos monumentos no les espera un futuro acogedor”, manifestó Álvarez, quien demandó la intervención urgente de las autoridades correspondientes para su rescate.

Indicó que esos patrimonios históricos fueron restaurados durante la época de los 12 años del gobierno de Balaguer por un equipo de técnicos nacionales e internacionales en esa materia.

Recordó que el Diego Caballero fue de los primeros ingenios azucareros construidos entre 1504 y 1506 de lo que ahora solo quedan restos arqueológicos de sus estructuras cubiertas de malezas; mientras que el Boca de Nigua, fundado en 1600 presenta pérdida del enlucido de sus muros, desprendimiento de las tejas y desgaste de los pisos. A estos espacios también les hacen falta vigilancia ante la ola de atracos y vandalismo que allí están ocurriendo.

“Poco queda del lugar donde se protagonizó la histórica rebelión de los negros esclavos contra los españoles, ocurrida el 30 de octubre de 1796 y que siempre es recordada por el Comité Pro-Desarrollo de Nigua y el Comité Dominicano de la Ruta del Esclavo”, expresó Álvarez.

Es por eso que a la comunidad exige que ambos patrimonios sean dotados de un plan de gestión y su reintroducción, para que adquieran la categoría de patrimonio mundial por su valor histórico de la humanidad.

Además, Álvarez se quejó de que el hecho de que estos terrenos correspondan a un bien público, los políticos en distintos periodos se han apropiado de lotes para su provecho personal “amparados por la poca institucionalidad y la impunidad que ha reinado en el país”.

Denunció que estas invasiones van en detrimento de la identidad e integridad de los patrimonios culturales y naturales, los cuales son parte integrante de áreas protegidas que deberían ser dotadas de mayor protección de parte de las autoridades nacionales y locales.

Álvarez señaló que estos monumentos se encuentran en la Lista Indicativa del Patrimonio en peligro por parte del capítulo dominicano del Comité Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), organismo adscrito a la UNESCO.