En películas, series de televisión y literatura de terror y ciencia-ficción son relativamente comunes los relatos que muestran una catástrofe, por ejemplo una proliferación de zombis, una guerra mundial biológica o una invasión alienígena, que diezma a la humanidad y hace que los escasos supervivientes deban enfrentarse a un nuevo mundo postapocalíptico y del todo desolador, muy diferente del que conocieron.

 

Aunque muchos aficionados a esos géneros disfrutan de estas historias pensando que no son más que un entretenimiento algo morboso, puede que no se den cuenta de que sumergirse en esa clase de ficción les ha preparado para soportar mejor el miedo y otros efectos psicológicos de la realidad del año 2020. Este es el efecto positivo de haber sido espectador y/o lector asiduo de esa clase de historias, según las conclusiones a las que se ha llegado en un estudio reciente.

 

El equipo de John Johnson, profesor emérito de psicología en la Universidad Estatal de Pensilvania, Estados Unidos, ha constatado esa consecuencia para tales espectadores y lectores ante la pandemia de COVID-19, al compararlos con otras personas que no se sumergieron en esa clase de ficción.

 

En ese sentido, por tanto, el cine y la literatura de terror han ayudado a soportar psicológicamente la pandemia.

 

El propósito del estudio era identificar factores más allá de la personalidad que hayan contribuido a la preparación psicológica de las personas y a su resistencia anímica frente a la pandemia. Después de tener en cuenta las influencias de la personalidad, que tienden a ser muy fuertes, los investigadores descubrieron que cuantas más películas sobre zombis, invasiones extraterrestres y pandemias apocalípticas hubiera visto la persona antes de la COVID-19, mejor se enfrentaría a la actual pandemia. Este tipo de películas aparentemente sirven como un entrenamiento mental para soportar mejor el impacto psicológico de hechos reales que presentan analogías con esa ficción.