Los tumores cerebrales conocidos como gliomas suelen ser resistentes a las terapias tradicionales, y en el interior del tumor se bloquea la acción del sistema inmunitario, lo que hace que las nuevas terapias basadas en el sistema inmunitario resulten ineficaces contra este tumor. Si a esto se le añade el reto de atravesar la barrera hematoencefálica que envuelve al cerebro, resulta aún más difícil administrar tratamientos eficaces a estos tumores.

 

Un equipo integrado, entre otros, por Maria G. Castro y Pedro R. Lowenstein, ambos del departamento de medicina en la Universidad de Michigan, Estados Unidos, ha encontrado un modo de superar todos esos obstáculos. El inhibidor AMD3100 se desarrolló para bloquear la acción de una citoquina liberada por las células del glioma que actúa a modo de escudo para impedir al sistema inmunitario luchar contra el tumor. Castro, Lowenstein y sus colegas demostraron en modelos de ratón de glioma que el AMD3100 impedía que la citoquina mencionada se adhiriese a las células mieloides inmunosupresoras. Al sabotear la acción de esa citoquina, el sistema inmunitario permanece intacto y puede atacar a las células tumorales.

 

Pero el AMD3100 tenía problemas para llegar al tumor. El fármaco no viajaba bien por el torrente sanguíneo y no lograba cruzar la barrera hematoencefálica, lo que impedía que el fármaco llegase al cerebro.

 

Hay que tener en cuenta, además, que los tumores de glioma crean vasos sanguíneos anómalos que interfieren en el flujo sanguíneo normal.