El empresario italiano Gianluca Vacchi, seguido por millones de personas de todo el mundo en las redes sociales, se enfrenta a una batalla legal con tres exempleados, entre ellos una asistente que le acusa de obligarla a salir en sus vídeos.

Vacchi (Bolonia, 1967) estrenó el 25 de mayo un documental sobre su vida en Amazon Prime Video en el que narra su vida más allá de lo que muestra en las redes, donde es todo un fenómeno con 22,2 millones de seguidores en Instagram, 21,5 en Tiktok y 3 en Facebook.

Sin embargo, en los últimos días se encuentra en el centro de la atención mediática debido a la pugna legal que mantiene con tres de sus antiguos colaboradores, mientras pide aunque que se respeten los tiempos de la justicia.

«En relación con las noticias aparecidas en estos días en los medios, no he realizado ninguna declaración ni tengo intención de hacerlo: hay de hecho procedimientos en curso y compete únicamente a los jueces pronunciarse al respecto», sostuvo en un comunicado difundido por la agencia Ansa.

No obstante avanzó su decisión de denunciar la publicación de «numerosas afirmaciones falsas y gravemente ofensivas» sobre las que «nunca se ha presentado denuncia alguna» y que «no constituyen objeto de los ya citados procedimientos legales».

«Por lo tanto he ordenado a mis abogados que me protejan en todas las sedes competentes», termina el empresario.

Vacchi se hizo famoso por exhibir su elevado tren de vida en redes, bailando en sus villas, en aviones privados o en lugares paradisíacos, acompañado por su pareja, la modelo venezolana Sharon Fonseca, con quien ha tenido a su hija, Blu Jerusalema.

Pero ahora debe defenderse de las acusaciones que le dirigen tres antiguos asistentes domésticos, que le reprochan horarios de trabajo eternos y otras supuestas irregularidades.

Una de ellos, la filipina Laluna Maricris Bantugon, que trabajó para él entre 2017 y 2020, ha denunciado a Vacchi por no «tratarla bien» y por «no respetar sus derechos laborales», según explicó ella misma en una reciente entrevista al diario «La Repubblica».

Bantugon pide que se le paguen 70.000 euros por extraordinarias y finiquitos no abonados y acusa da Vacchi de hacerla trabajar «más de 20 horas al día» y de «causarle estrés» por la grabación de sus famosos vídeos, en los que también sale bailando con sus empleados.

«En algunos casos teníamos que participar en primera persona en sus vídeos, aunque no quisiéramos. Debíamos aparecer vestidos con el uniforme de asistente», aseguró al rotativo.

El mismo medio informa de que Vacchi mantiene otra pugna legal con otros dos colaboradores que trabajaron para él más de dos décadas, y que han impugnado su despido ante la Fiscalía de Bolonia.