El tabaco existe desde hace siglos, pero, a partir del XX, un cigarrillo balanceándose entre dos dedos fue imagen inherente, a través del cine o la televisión, con el mensaje de que fumar nos hacía más seductores, más independientes, más duros y hasta más vaqueros, sobre todo si en la otra mano se sujetaba un vaso de whisky, pero la realidad es que ese glamur ha tenido funestas consecuencias en la salud de la población mundial.

El 31 de mayo se celebra el Día Mundial sin Tabaco para concienciarnos de sus perjuicios.

La Asamblea Mundial de la Salud, máximo órgano de decisión de la Organización Mundial de la Salud (OMS), perteneciente a las Naciones Unidas, instituyó en 1987 el Día Mundial sin Tabaco, que se celebraría a partir de entonces el 31 de mayo de cada año, para llamar la atención mundial hacia la epidemia del tabaquismo y sus efectos perjudiciales para la salud.

UN CONSUMO EN DECLIVE.

En el último informe de esta organización, de 2021, se señalan las tendencias mundiales en el consumo del tabaco, donde la OMS estimaba que “actualmente, hay 1.300 millones de consumidores de tabaco en el mundo, frente a los 1.320 millones de 2015 y se espera que esta cifra descienda a 1.270 millones en 2025”.

Los Estados Miembros de la OMS se agrupan en seis regiones: región de África, región de las Américas, región de Asia Sudoriental, región de Europa, región del Mediterráneo Oriental y región del Pacífico Occidental.