La fe de Minnesota en el dominicano Miguel Ángel Sanó está empezando a rendir grandes dividendos.

El cañonero tuvo un brutal bache ofensivo durante parte de junio, después de que tuviera que retrasar su debut esta temporada debido a una lesión. Pero el manager Rocco Baldelli nunca perdió la confianza en su tercera base durante las altas y las bajas. Esa convicción desencadenó en el gran momento que está viviendo Sanó, quien el martes ante los Yankees disparó un par de jonrones para llegar a 100 en su carrera.

A Sanó le tomó 432 encuentros para llegar a la centena de bambinazos. Entre todos los jugadores dominicanos que han pasado por las Grandes Ligas, sólo uno, Albert Pujols, arribó a esa cifra en menos juegos. El toletero de los Angelinos lo hizo en su partido 415, de acuerdo con Baseball Reference.

Sanó también es el jugador de los Twins que suma 100 jonrones en menos duelos. La marca anterior estaba en poder del miembro del Salón de la Fama, Harmon Killebrew (440 juegos).

“Pienso que ha dominado algunos turnos y creo que eso es algo que tienes dentro de ti”, dijo recientemente Baldelli. “En mi opinión, eso es algo difícil de desarrollar en los peloteros. Creo que hay jugadores que tienen esa habilidad, ese tino, y cuando tienes eso siempre se puede trabajar a partir de allí”.

El martes, Sanó largó un jonrón de tres carreras en la cuarta entrada y otro de dos anotaciones en la octava. Desde el 28 de junio, Sanó batea .299/.397/.701. También tiene siete jonrones, cuatro dobles, 17 carreras empujadas y 15 anotadas en ese lapso.

La explosión ofensiva de Sanó no ha tomado por sorpresa a Baldelli. Cuando el toletero derecho regresó a los Mellizos en mayo tras perderse todos los entrenamientos primaverales y el inicio de la temporada debido a una cortada en el talón derecho, fue franco al decir que no se sentía cómodo en el plato y que sólo esperaba aportar tomando turnos de calidad mientras se adaptaba.

“No me están dando pitcheos para batear”, dijo Sanó en su momento. “Tengo que tomar boletos”.

“No es un bateador muy distinto al que vimos en las primeras semanas después de su regreso”, apuntó Baldelli. “Es el mismo hombre con el mismo tipo de turnos. Cuando le está yendo bien, está agotando tremendos turnos y pegándole duro a la bola. Y cuando no le está yendo bien, igual está realizando buenos turnos”.

Durante un trecho entre mediados y finales de junio, Sanó se fue de 39-3 con 23 ponches y tres bases por bolas, mientras trabajaba con los coaches de bateo James Rowson y el venezolano Rodolfo Hernández en mejorar su forma de pararse y su swing para poder mantenerse por arriba de los pitcheos. Ese trabajo, junto con la capacidad de Sanó para reconocer los envíos, le ha rendido dividendos al antesalista.