La covidianidad ha alterado las rutinas de cuidado personal de muchos, y este factor, sumado al largo período de aislamiento, impacta negativamente la autoestima.

Ante un escenario semejante, los tratamientos para mejorar la apariencia física pueden servir de ayuda. Cuando la persona se siente segura respecto a su imagen externa, esto influye en su estado interior.

“Cuidarse es amarse”, asegura la cosmiatra Carol Cifré, de la clínica de medicina estética, nutrición y antienvejecimiento Cifré.

Con tantos retos por delante, una dosis extra de bienestar no cae mal. Por eso, de acuerdo con las informaciones ofrecidas por Cifré, los clientes han vuelto a centros como el que dirige en busca de tratamientos que les permitan lograr “cambios positivos de forma armónica”.

En el caso específico de su clínica, estima que actualmente recibe de 18 a 25 pacientes por día.

El catálogo de procedimientos abarca trasplante capilar, HydraFacial, depilación láser, bótox, rellenos con ácido hialurónico, factores de crecimiento plaquetario, radiofrecuencia, ultrasonido, ondas de choque, radiofrecuencia pixelada, mesoterapia capilar, facial y corporal, “peelings” químicos y aumento de glúteos, entre otros.

De estos, los tratamientos de rejuvenecimiento, recuperación capilar, antiojeras y adelgazamiento son los más demandados en este momento.

“No se puede elegir uno solo, ya que tienen el mismo nivel de demanda”, señala la también nutrióloga.

Precauciones
La belleza y la seguridad deben ir de la mano ahora más que nunca. Ya no es suficiente con los equipos de alta gama y un amplio catálogo de procedimientos.

El riesgo de propagación del coronavirus ha impulsado cambios en los protocolos de atención de las clínicas de estética.

“Aumentamos nuestro esfuerzo en brindar bienestar, seguridad y cuidados a cada paciente”, afirma Cifré, para quien “no hay belleza sin salud”.

La doctora explica en qué consisten algunos de esos cambios, que no solo toman en cuenta a los usuarios, sino también a los colaboradores.

En su establecimiento, por ejemplo, las adecuaciones tuvieron que empezar por las mismas instalaciones, con la colocación de purificadoras de aire con filtros de alta eficiencia y carbón activo, que combaten virus, bacterias y ácaros. Las cabinas y los equipos se someten a un proceso de limpieza y desinfección entre sesiones.

Las consultas y los tratamientos a pacientes solo se realizan con cita previa para evitar aglomeración en la sala de espera y de esa forma respetar el distanciamiento físico. El paciente debe acudir a su cita con mascarillas protectoras; de lo contrario, se le provee a su llegada.

El personal que está en contacto con el paciente está protegido escudo facial, mascarillas N95, guantes, gorros, uniformes antifluidos y deben realizar lavado y desinfección entre un paciente y otro.

Cifré explica que, a su llegada, tanto los miembros del personal como los pacientes deben pasar por una bandeja de desinfección colocada en la entrada (fuera de la clínica).

Cada persona que ingresa a la clínica debe someterse a una desinfección individual con amonio cuaternario, a toma de temperatura, lavado de manos con jabón desinfectante y desinfección con alcohol en gel (al 70%).

PERFIL

Carol Cifré
Médico egresada de la Universidad Iberoamericana (Unibe). Posee estudios en medicina estética, nutriología clínica y cosmiatría avanzada. De igual modo, cuenta con formación en las áreas de medicina antienvejecimiento y de implante capilar.