México, siete de catorce. Estados Unidos, otros seis. Entre ambos se reparten 13 de los 14 títulos de la historia de la Copa Oro y, el domingo, lucharán de nuevo por otro cetro regional en la final anticipada por todos.

Los aztecas, liderados desde el banco por el timonel argentino Gerardo Martino, son los más laureados del torneo de selecciones de Concacaf y esperan abrir una brecha con los estadounidenses en el palmarés de los galardonados.

Los pupilos del Tata superaron la fase de grupos con autoridad, talento y sin apenas fisuras pero desde que aterrizaron en las rondas eliminatorias se le han visto las costuras: una escuadra irregular, partida en demasiadas ocasiones e, incluso, falta de ideas en momentos concretos.

Así, superó a Costa Rica en la tanda de penales (5-4) luego de empatar 1-1 durante el tiempo reglamentario y sufrió hasta el pitazo final para ganar 1-0 a Haití en la prórroga en semis.

Los haitianos incluso llegaron a estrellar el balón en la escuadra segundos antes de la conclusión del choque, metiendo el miedo en el cuerpo de todos los presentes.

México se plantará el domingo en el Soldier Field de Chicago con la estadística de su lado, con un balance de cuatro finales ganadas y solo una perdida contra los estadounidenses.

Sin embargo, para Martino -un experto de la Major League Soccer tras ganar la liga el año pasado con el Atlanta United- será su cuarta final continental seguida luego de perder la Copa América 2011 con Paraguay y las de 2015 y 2016 con Argentina.

Eso sí, México solo conoce la victoria bajo su dirección al haber ganado todos sus encuentros desde que se hizo cargo de la escuadra a principios de año.

Raúl Jiménez, el capitán Andrés Guardado, el veterano arquero Guillermo Ochoa y Jonathan dos Santos volverán a ser los ejes sobre los que gire el Tri, que buscará su corona cuatro años después de coronarse en 2015 al vencer 3-1 a Jamaica.

Estados Unidos, por su parte, necesita el título para pasar definitivamente la página de uno de los momentos más bajos de su historia reciente al quedar afuera del Mundial de Rusia-2018.

Rivales.
Estados Unidos y México jugarán su sexta final en la historia del torneo, con marca de 4-1 favorable al “Tri”, incluidos los dos últimos enfrentamientos que se dieron en las ediciones del 2009 y 2011.

Sede.
El partido será el domingo en el Soldier Field de Chicago, para definir quien es el mejor en la región de Norte, Centroamérica y el Caribe.