Scarlett es una pequeña trigueña de 12 años. La chica cursa el quinto año de básica, es alegre, canta y le encanta bailar reguetón. Donde hay concurso de baile se registra y participa. Y como toda niña de su edad, tiene sueños: quiere ser psicóloga, o, ante algún obstáculo, maestra o doctora.

Pero, aun con todo este rosario de ilusiones, Scarlett tiene algo que la inquieta y por momentos le desaparece su tierna sonrisa. Scarlett presenta una condición en la piel que le tiñe de negro escamoso el cuello, la espalda y parte de sus brazos, además de pequeños puntos distribuidos en su cara y extremidades superiores e inferiores.

Aparte de su apariencia, lo más inquietante para esta niña es que le crecen tumores o verrugas que le generan mucha  picazón y ardor, y cuando se rasca sangran y a veces expulsa pus.

Es la mayor de las tres niñas de Rosy Álvarez, de 32 años, embarazada de nueve meses, y que a mediados de este mes tendrá su cuarto hijo, en esta ocasión un varón. La familia vive en condiciones de pobreza en una pequeña casa alquilada de madera y zinc, ubicada en la comunidad Pajarito, del Ingenio Quisqueya, en San Pedro de Macorís.

Aunque tiene tiempo que no recibe atención médica, la última biopsia a que fue sometida diagnostica la lesión como lunar gigante melanocítico.  De acuerdo a definiciones médicas, un Nevus Gigante Congénito es un lunar de gran tamaño, presente en el momento del nacimiento, y se trata de una malformación, no una enfermedad.

Scarlett dice que no le duele, pero sí le pica mucho y cuando se sienta en una silla le molesta bastante en la espalda. Dice que en la escuela hay algunos niños que le hacen bulling y lo que  más le preocupa es cómo se ve. Por esto ella quiere que la operen.

Nacimiento de Scarlett

Su madre narra que la niña nació con esa mancha, que se ha ido haciendo más visible a medida que la menor va creciendo. Explica que cuando Scarlett nació empezó a llevarla al médico, siendo evaluada en el hospital San Lorenzo, de Los Mina, donde nació, y en el Instituto Dermatológico. Cuando tenía dos años la llevó a la Clínica Cruz Jiminián, donde el doctor le explicó que ella podía vivir con esa condición.  Dijo que ante la falta de recursos económicos no siguió llevándola al doctor, pero que al ir creciendo la niña pide que le busquen solución, sobre todo a las verrugas. Informó que el caso salió en televisión (Telemicro) y que hay una entidad (Jompéame, una plataforma local de recaudación en línea para causas sociales) que le está ayudando al respecto. Ahora tiene cita para el martes siete venidero en el Instituto Dermatológico y Cirugía de Piel, para ver si hay posibilidad de quitarle las verrugas de la espalda, que es lo que más le molesta.

La familia subsiste de los recursos que consigue como chofer el padre de las hermanas pequeñas de Scarlett, ya que nunca conoció a su padre biológico. Rosy sabe que vive en Santo Domingo. Cuando la niña tenía un año se la llevó para que la conociera, pero nunca la reconoció.

De acuerdo a informaciones médicas, un nevo melanocítico o pigmentado congénito es un parche de piel de color oscuro y a menudo velludo, se presenta al nacer o aparece en el primer año de vida. Se piensa que esas marcas son causadas por problemas con melanocitos (células que dan color a la piel) que no se extienden de manera uniforme a medida que el bebé crece en el útero. Esta anomalía es extremadamente rara, y no hay estimaciones fiables de su incidencia entre la población. Se estima que su frecuencia varía entre 1 por cada 6.000 nacimientos y 1 por cada 50.000.