Decía la doctora: cuando estoy frente a un paciente que presenta artritis de manos, carpos, codos y rodillas, yo pienso que podría tratarse de una artritis reumatoide y necesito ver radiografías de ambas manos y ambos pies, no es necesario tener afección de los pies para solicitar esa radiografía, se hace por protocolo.

De los análisis que necesito tener están el factor reumatoide y el anti-CCP que me hablan de si la artritis reumatoide es seropositiva (uno o los dos análisis positivos) o seronegativa (ambos negativos). Otros análisis necesarios son los que me ayudan a identificar y cuantificar la inflamación, estos son la eritrosedimentación y la proteína C reactiva (PCR) cuantitativa; también análisis rutinarios para ver la salud general del paciente en cuanto a hemograma, creatinina y transaminasas (ALT y AST), estas últimas hablan de la función del riñón y del hígado, respectivamente.

Una vez hecho el diagnóstico el paciente recibe un tratamiento de base llamado metotrexato, es un medicamento de lenta acción, tarda de 6 a 8 semanas en hacer efecto, por eso en lo que ese tiempo se cumple al paciente se le recetan antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), como el diclofenaco o el ibuprofeno, o antiinflamatorios esteroideos o “familiares de la cortisona” como la prednisona, es importante hacer la distinción entre ambos ya que la prednisona y medicamentos afines nos ayudan a la larga a controlar la enfermedad, este efecto no lo tenemos cuando se utilizan los AINEs.

Cuando el metotrexato no es suficiente para controlar la enfermedad o el paciente no lo tolera o por cualquier motivo no puede tomarlo, hay otras opciones de tratamiento que tenemos disponibles como la leflunomida; podemos optar por la combinación de azatioprina, hidroxicloroquina (que ha ganado fama mundial en esta pandemia por el COVID19, para lo cual demostró ser ineficaz) y sulfasalazina, en nuestro país esta opción es muy cara y no se suele utilizar a menos que sea situaciones especiales como el embarazo (debes hablarlo con tu reumatólogo para valorar esta opción); el siguiente peldaño en el tratamiento de la artritis reumatoide son los medicamentos biológicos y las pequeñas moléculas (tofacitinib, baricitinib, etc.). Los tratamientos biológicos dependiendo del que sea puede venir endovenoso (tocilizumab, rituximab, etc.) o subcutáneo (adalimumab, golimumab, etc.), tenemos muchos medicamentos disponibles que por suerte son cubiertos por el Programa de Alto Costo de reumatología que pertenece al Ministerio de Salud Pública.