La calidad humana del personal directivo, ejecutivo, gerencial y de apoyo, que incide directa o indirectamente en el desarrollo y comportamiento de las empresas e instituciones, ha sido considerado como uno de los factores esenciales para poder establecer y mantener un clima laboral sano, productivo, colaborativo, creativo y confiable. Los líderes que pretenden mantener la sostenibilidad y la buena reputación de las organizaciones que representan o pertenecen, tienen que adquirir las competencias blandas que facilitan desarrollar el saber ser. Las organizaciones lideradas por personas con emociones psicópatas, suelen invertir tiempo, energía y dinero creando estructuras y redes para espiar y controlar a los que se niegan ser parte de su manada.

Cuando el pensamiento y el accionar estratégico de las empresas e instituciones dependen de directivos, ejecutivos y gerentes con trastornos mentales, lo más lógico y natural es que éstas se conviertan en espacios tóxicos, cuyos efectos terminan impactando negativamente la salud y la productividad de las personas que integran las mismas. Cada vez son más las empresas e instituciones gestionadas por personas psicópatas. Las organizaciones controladas por directivos, ejecutivos y gerentes psicópatas, operan en un ambiente muy parecido al Mossad del Estado de Israel. En los ambientes liderados por jefes psicópatas, la confianza es un artículo de lujo. La personalidad de los psicópatas no les permite confiar en nadie.
Como se sabe, el Mossad es una de las agencias de inteligencia de Israel, la cual tiene como objetivos recopilar información de inteligencia, realizar acciones encubiertas, llevar a cabo espionajes y contraterrorismo en todo el mundo. Los agentes del Mossad, al igual que algunos directivos, ejecutivos y gerentes de empresas e instituciones, son psicópatas que se visten de diferentes personajes.