Todas las proteínas se construyen a partir de los mismos 20 aminoácidos. De una de ellas, la cisteína, nunca ha estado claro cómo se pudo haber formado en la Tierra primitiva. De hecho, por lo que se sabe, no estuvo presente en el escenario del origen de la vida.

 

El equipo de Matthew Powner, del University College de Londres (UCL) en el Reino Unido, ha encontrado una posible solución a ese enigma. Los autores del estudio han recreado cómo se formó la cisteína al inicio de la vida. Además, han observado cómo, una vez formada, la cisteína cataliza la fusión de péptidos en el agua, un paso fundamental en el camino hacia las enzimas proteicas esenciales para la vida.

 

Los investigadores del UCL crearon la cisteína utilizando productos químicos muy simples (cianuro de hidrógeno y sulfuro de hidrógeno) que probablemente eran abundantes en la Tierra primitiva.

 

La ruta que han desentrañado se asemeja mucho al modo en que la cisteína se sintetiza en los organismos vivos de hoy en día, y los investigadores creen que están históricamente vinculados.

 

Los resultados del nuevo estudio sugieren que la cisteína se introdujo por primera vez en los péptidos de la vida mediante la modificación de la serina (otro de los aminoácidos de la vida).

 

Esto aporta ahora importantes perspectivas sobre la etapa más temprana de la evolución y la codificación en la síntesis de los péptidos.