Un objeto cósmico colisionó contra la Tierra hace unos 66 millones de años, provocando una extinción masiva de formas de vida, incluyendo todos los dinosaurios. El punto de impacto está cerca de lo que hoy es la localidad costera de Chicxulub, en la península de Yucatán, México.

El cuerpo celeste excavó frente a la costa de México un cráter de 150 kilómetros de extremo a extremo y casi 20 kilómetros de profundidad. Su devastador impacto provocó una catástrofe medioambiental que llevó el reinado de los dinosaurios a un final abrupto, con la desaparición de todos ellos así como de casi tres cuartas partes de las especies vegetales y animales que vivían en la Tierra.

Un enigma que esa extinción arrastra desde hace tiempo es: ¿de dónde vino el asteroide o cometa y cómo llegó a colisionar contra la Tierra? Ahora, unos investigadores del Centro para la Astrofísica (CfA) gestionado conjuntamente por la Universidad Harvard y el Instituto Smithsoniano, todas estas entidades en Estados Unidos, creen tener la respuesta.

En el estudio que han realizado, publicado en la revista académica Scientific Reports (de Nature), Amir Siraj y Avi Loeb confeccionan una nueva teoría que podría explicar el origen y de aquel objeto catastrófico y su viaje hasta la Tierra.

Valiéndose de análisis estadísticos y simulaciones gravitacionales, Siraj y Loeb calculan que una fracción significativa de los cometas de período largo que se originan en la nube de Oort, pueden ser desviados de su curso por el campo gravitacional de Júpiter cuando se dan las condiciones apropiadas para ello. La nube de Oort ocupa una región esférica muy grande alrededor del Sol y los planetas y otros astros conocidos de nuestro sistema solar. Se cree que esta nube contiene cientos de miles de millones de cometas.