Los motores eléctricos y los dispositivos electrónicos generan campos electromagnéticos que a veces generan interferencias electromagnéticas que obligan a interceptar tales emisiones mediante alguna barrera a fin de que no afecten al correcto funcionamiento de componentes electrónicos situados cerca o a la transmisión local de señales.

 

Los campos electromagnéticos de alta frecuencia solo pueden ser aislados electromagnéticamente con cubiertas conductoras que estén cerradas por todos lados. A menudo se utilizan para este fin láminas metálicas o metalizadas. Sin embargo, para muchas aplicaciones tal escudo es demasiado pesado o poco adaptable a la geometría del aparato que se quiere aislar. La solución ideal sería un material ligero, flexible y duradero con una eficacia de blindaje electromagnético muy alta.

 

Un gran avance en este campo ha sido logrado recientemente por un equipo de investigación dirigido por Zhihui Zeng y Gustav Nyström, ambos de los Laboratorios Federales Suizos para Ciencia y Tecnología de Materiales (EMPA).

 

Estos investigadores están utilizando nanofibras de celulosa como base de un aerogel. Los aerogeles son materiales ligeros y altamente porosos. Las fibras de celulosa se obtienen de la madera y, debido a su estructura química, permiten una amplia gama de modificaciones químicas.

 

El equipo de Zeng y Nyström ha logrado producir un compuesto de nanofibras de celulosa y nanocables de plata, creando así estructuras finas ultraligeras que proporcionan un excelente aislamiento contra la radiación electromagnética.