Los casos raros en la literatura médica pueden llegar a ser muy llamativos. Y los más «tremendos» suelen implicar a las tumoraciones ováricas, las cuales son más llamativas si cabe por poder contener, además del tejido ovárico natural, otros tipos propios de otras partes del cuerpo. Ese fue el caso de una joven de Chicago cuyas dolorosas menstruaciones tenían una causa complicada de diagnosticar: un quiste dermoide lleno de pelos y dientes.

Pero la realidad es que este tipo de quistes son conocidos, y suelen encontrarse tejidos de toda índole, con limitaciones. Recientemente, un caso publicado en el BMJ Case Reports ha ido más allá, pues habla de un caso más raro todavía: un quiste ovárico lleno de piel, pelos, dientes y «materia vegetal».

En un primer momento, la paciente de 32 años acudió al Hospital Rochester (Michigan, EEUU) por presentar dolor abdominal. Tras realizarle algunas pruebas, se llegó a la conclusión de que podía sufrir un probable absceso de colon, es decir, una zona sobreinfectada en su intestino grueso.

Sin embargo, en un posterior examen más específico, se pudo detectar que el causante de su sintomatología no era el colon sino el ovario izquierdo: se vislumbró un órgano agrandado, ocupando 6.7 por 5 centímetros de diámetro, el doble del tamaño habitual. Además, el ovario estaba pegado a la pared de la pelvis y al colon, por lo que tuvo que ser retirado mediante una intervención quirúrgica.