Un vehículo levitante, cuya forma recuerda a la de las naves extraterrestres en forma de platillo volante tan comunes en la ciencia-ficción, podría desplazarse a poca altura sobre la superficie de la Luna y la de otros astros sin atmósfera, aprovechando un fenómeno físico.

 

Al carecer de atmósfera, la Luna y otros cuerpos sin aire, como los asteroides, pueden acumular en su superficie un campo eléctrico por exposición directa al Sol y al plasma circundante. En la Luna, esta carga superficial es lo suficientemente fuerte como para hacer levitar el polvo a más de un metro por encima del suelo, de la misma manera que la electricidad estática puede hacer que a una persona se le pongan los pelos de punta.

 

Ingenieros de la NASA y de otras instituciones propusieron aprovechar esta carga natural de superficies para hacer levitar sobre ellas un vehículo con «alas» hechas de Mylar, un material que mantiene la misma carga que las superficies de los cuerpos sin aire. Razonaron que las superficies cargadas de forma similar deberían repelerse entre sí, con una fuerza capaz de elevar sobre el suelo al vehículo. Sin embargo, este tipo de diseño solo sería válido para desplazarse sobre asteroides pequeños, ya que los astros con más masa, incluyendo la Luna, ejercerían una gravedad lo bastante fuerte como para contrarrestar la fuerza de levitación.

 

En cambio, el «platillo volante» diseñado por el equipo de Oliver Jia-Richards, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Estados Unidos, sí podría funcionar sobre astros como la Luna

 

El vehículo del MIT utiliza diminutos haces de iones tanto para cargar el vehículo como para aumentar la carga natural de la superficie. El efecto genera una fuerza de repulsión relativamente grande entre el vehículo y el suelo, de forma que es capaz de vencer a la fuerza de la gravedad lunar y sin consumir mucha energía.