Por vez primera se han captado rayos X emitidos desde el planeta Urano.

Urano es el séptimo planeta desde el Sol, tiene cuatro veces el diámetro de la Tierra y posee dos conjuntos de anillos alrededor de su ecuador. Urano, por la orientación de su eje de rotación, y a diferencia de todos los demás planetas de nuestro sistema solar, está «tumbado» en vez de «erguido», en el sentido de que su eje de rotación está en posición horizontal en vez de vertical, con respecto al plano de su órbita. Esta situación inusual hace, por ejemplo, que un polo de Urano esté encarado al Sol durante el invierno.

Dado que la única visita de una nave espacial a Urano fue el sobrevuelo de la Voyager 2 en 1986, hoy en día los astrónomos dependen mayormente de observaciones realizadas desde las inmediaciones de la Tierra por telescopios espaciales como el Chandra y el Hubble, para estudiar este lejano y frío planeta que está compuesto casi por completo de hidrógeno y helio.

En el nuevo estudio, unos investigadores han reanalizado a fondo observaciones de Urano realizadas por el telescopio espacial Chandra de la NASA en 2002 y luego de nuevo en 2017. Y han encontrado claras señales de una detección de rayos X en la primera observación y un posible fogonazo de rayos X en las obtenidas quince años después.

El hallazgo es obra de un equipo que incluye, entre otros, a Grant Tremblay, del Centro para la Astrofísica (CfA) en Cambridge, Massachusetts, gestionado conjuntamente por la Universidad de Harvard y el Instituto Smithsoniano, todas estas entidades en Estados Unidos, así como a William Dunn, del University College de Londres en el Reino Unido.