Un equipo internacional de investigación ha descubierto y descrito la colisión en curso entre dos cúmulos estelares ubicados a 1.100 años-luz de la Tierra. Se trata de la primera vez que se detecta un fenómeno de esta naturaleza. El hallazgo aporta datos clave que abren nuevos campos observacionales y líneas de investigación en astrofísica.

 

“Los cúmulos estelares son concentraciones de decenas a millones de estrellas que comparten un mismo origen en tiempo y espacio. Su colisión implica que la distancia entre sus centros es menor que la suma de sus radios, es decir, se están fusionando parcialmente. Por ser la primera vez que se detecta un hecho así, no sabemos prácticamente nada de lo que sucederá en adelante. Podría resultar un nuevo cúmulo como consecuencia de la fusión, o que desaparezcan ambos por la violencia del fenómeno”, explica Andrés Piatti, investigador independiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina, director del Grupo de Astronomía y Astrofísica (GAAS) del Instituto Interdisciplinario de Ciencias Básicas (ICB, CONICET-UNCUYO) y líder del estudio.

 

En la Vía Láctea hay cerca de 1.800 cúmulos identificados y estudiados en detalle. Se conocen las edades, las distancias y las dimensiones de todos ellos. Con esa información combinada, y después de realizar complejos cálculos, el científico argentino detectó que dos cúmulos estaban parcialmente superpuestos (o fusionados).

 

“La idea me surgió este año, la desarrollé y cuando encontré este resultado busqué en la comunidad internacional algún astrofísico que pudiera calcular las órbitas hacia el pasado de ambos cúmulos. Efectivamente, sus órbitas confirman que los dos cúmulos son muy distintos. Uno se formó hace 617 millones de años y el otro hace 53 millones de años, en dos lugares de la galaxia completamente diferentes. Cuando se formó el más joven, estaban separados por unos mil quinientos años-luz”, detalla el científico.