En un trabajo estresante, cuando hay mucho por hacer y poco tiempo para completar la labor, la relación laboral con los compañeros de trabajo puede ser difícil.

 

¿Hasta qué punto dar y recibir las gracias en el lugar de trabajo de manera lo bastante efusiva y elogiosa puede ayudar de modo decisivo a gestionar el estrés diario y a mejorar el rendimiento bajo presión? Un estudio reciente lo ha averiguado.

 

El equipo de Christopher Oveis, de la Universidad de California en San Diego, Estados Unidos, ha comprobado que los compañeros de equipo de trabajo que, antes de realizar una tarea de alto estrés, se daban las gracias por la ayuda prestada anteriormente, tenían una mejor respuesta cardiovascular en comparación con los miembros de equipos que no expresaban gratitud.

 

Esa mejora de la respuesta cardiovascular era de la clase que conduce a un aumento de la concentración y de la seguridad en uno mismo, lo que permite a los individuos dar su máximo rendimiento.

 

Se sabe que las expresiones de gratitud mejoran los matrimonios y otras relaciones íntimas; sin embargo, este estudio es el primero en demostrar que también benefician a las personas con relaciones menos estrechas que esas, como los compañeros de trabajo. También es el primero en revelar que recibir muestras de gratitud aumenta la disponibilidad de recursos biológicos, promoviendo mejores respuestas al estrés, lo que además de impulsar el rendimiento en tareas de alta presión, puede tener efectos en la salud a largo plazo. La exposición repetida al estrés está relacionada con las enfermedades cardiovasculares, el deterioro cognitivo y el debilitamiento del sistema inmunitario.